Está claro que dormir es un placer y la mayoría de personas hemos pospuesto la alarma cinco o diez minutos más para poder quedarnos reposando el máximo tiempo posible. Pues bien, según informa noticias24, este acto puede tener consecuencias en nuestra salud.
Casi nadie puede resistirse a la tentación de quedarse un rato más en la cama, pero este acto altera nuestro organismo. El sueño cumple una serie de ciclos que hacen que el cuerpo se pueda recuperar durante la noche y poder afrontar un nuevo día.
Al despertarte y volverte a dormir al instante, se vuelve a iniciar un nuevo ciclo que va a ser interrumpido en poco tiempo. Cuantas más veces se interrumpen estos ciclos más confundes al cerebro y le agotas.
Las consecuencias de esto se ven reflejadas en una sensación de cansancio mayor de lo habitual, además de un peor humor.
Según informa Robert S. Rosenberg, director médico del Centro de Trastornos del Sueño en Prescott Valley, de Estados Unidos, posponer la alarma puede provocar una somnolencia persistente: “Apagar la alarma y volver a dormir ralentiza tu capacidad para tomar decisiones; hay un deterioro en la memoria y, en general, se ve perjudicado tu rendimiento”, indicó el experto.
Por todo ello parece que la única solución es programar la alarma a la hora que realmente tenemos que levantarnos, y renunciar a esos deseados '5 minutos más', si queremos que nuestro organismo nos lo agradezca.