Una serie de catastróficas desdichas casi arruina uno de los días más felices de su vida. Seguramente no lo olvidará, no tanto por la celebración sino porque la Policía Local la llevó a su boda. Pasó de ser una novia feliz a estar en apuros en unos minutos. Se llama Lidia y esta es su historia.
El plan estaba medido a la perfección, al igual que los tiempos. Todo estaba dispuesto para que Lidia se subiera al coche que debía llevarla a su boda. Lo que no se imaginaba es que aquella mañana se torcería. Vestida de novia, subió al flamante vehículo clásico acompañada de su madrina y su dama de honor.
Una vez cerradas las puertas, no podía contener la felicidad. Paradójicamente, en ese instante comenzó una odisea que jamás olvidará. El vehículo de color negro, engalanado para la ocasión, sufrió una avería en el momento menos indicado. Llamaron a un taxi con tranquilidad, pero en mitad del puente de mayo no quedaba ninguno libre en Málaga. El tiempo corría y Vicente, el novio, esperaba en el altar.
Entonces pasó por delante de ella la solución más inesperada. Era un coche de Policía Local. A bordo iban José y Dani, sus salvadores. Tras comentarle la situación a su jefe, la patrulla recogió a Lidia y sus dos acompañantes. Con la sirena a máximo volumen, la novia hizo una entrada triunfal que nunca habría imaginado. Tanto era así que el novio pensaba que era una broma. Pero no. Al final hubo boda gracias a dos policías que pasaban por allí.