Nerea está orgullosa de su padre: después de trabajar sale a recaudar material para los hospitales

  • El padre de Nerea y otros conductores de la EMT de Madrid se han juntado para hacer voluntariado durante esta crisis

  • Con tesón y de manera independiente han conseguido recaudar más de 10.000 euros solo con donaciones de otros conductores

  • "Su historia debería salir en los medios"

La historia de Nerea Moraleja es la de muchos jóvenes españoles que han visto cómo su vida ha cambiado de la noche a la mañana con la crisis del coronavirus. Ella es de Madrid, tiene 21 años y muchas ganas de que todo esto pase para poder trabajar de lo que ha estudiado: un Grado Superior de Técnico de Sonido para Audiovisuales y Espectáculos que ahora mismo está parado, al igual que el trabajo que tenía (el contrato le cumple justo en plena cuarentena). No sabe qué será de ella después del parón. Prefiere no pensar tan a largo plazo según nos cuenta: ahora, lo que le toca vivir es el día a día.

El estado de alarma la pilló en casa de su novio, con él que está pasando la cuarentena en pareja y, aunque juntos tratan de entretenerse y mantener la mente despejada, ella no puede evitar pensar en otra persona esto días: en su padre. Él es uno de tantos conductores de la EMT de Madrid que sale cada día a trabajar y que sigue con su servicio diario al público a pesar del aislamiento social que está viviendo la mayoría de la sociedad española.

Con él habla todas las noches para saber cómo está y para que le cuente cómo le ha ido el día. En una de esas conversaciones de las diez que tiene con su padre descubrió hace unos días algo que le ha llenado de orgullo y alegría: él y otros conductores de la EMT no terminan su jornada cuando se bajan del autobús o del metro. Después de haber cumplido con el servicio de transporte, su padre y sus compañeros se juntan en un grupo para recaudar dinero por su cuenta para comprar y facilitar medios a los hospitales.

Son voluntarios contra el avance del coronavirus. Héroes anónimos que se merecen los aplausos de las 20.00 horas en las ventanas, terrazas o balcones, solo que la importante labor que están llevando, la gente no la conoce.

Un altavoz para dar a conocer su historia

Desde que se desató la crisis del coronavirus a principios de marzo, el padre de Nerea ha añadido una tarea más a su lista de quehaceres después de salir del trabajo. Él junto con otros conductores de la EMT ha montado un grupo que está haciendo mucho bien en estos momentos tan complicados. Con tesón y de manera independiente han conseguido recaudar dinero (más de 10.000 euros) solo con donaciones de otros conductores y están ayudando de diferentes formas en los hospitales madrileños.

Su ejemplo solidario lo han estado llevando en silencio, pero al enterarse, Nerea ha sentido la necesidad de contárselo a todos. "Es un gesto muy bonito", me dice y añade que "merece la pena escuchar cosas buenos en estos tiempos".

Dicho y hecho. Nerea ha sumado su granito de arena en esta causa dando voz y su homenaje a este colectivo altruista. "Las historias bonitas merecen ser contadas" y a través de su cuenta de Twitter ha relatado algunas de las acciones que su padre y miles de conductores están llevando a cabo para ayudar a los que lo necesitan. Así he conocido su historia. Yo y miles de personas que, de ahora en adelante, les dedicarán sus aplausos también a las ocho de la tarde.

"Han logrado recaudar dinero, llevar más mascarillas, gel desinfectante y también tablets, bolígrafos, folios para hacer la estancia más entretenida a los que están aislados en los hospitales". Ante las adversidades ha crecido en ellos un espíritu solidario que hace que sus jornadas se alarguen muchas veces hasta la noche.

Cuenta Nerea que cuando tienen un hueco ayudan y que son muchos. Más de los que creemos. Por esa razón no me da el nombre de su padre. En su opinión, lo justo es que aparezcan todos y no solo uno porque todos están dando lo mejor de sí por el resto. Desde luego que es lo más correcto aunque ella no pueda remediar que le tire lo suyo. Se siente hoy "orgullosa por su padre" y quiere decírselo al mundo.

Héroes sin capa contra el coronavirus

Nerea ahora ve a su padre como cuando era pequeña. Sí, ha vuelto a ella la imagen de cuando él le contaba cuentos o la protegía de sus miedos. Ha pasado tiempo, pero sigue siendo su héroe sin capa. El que puede sobrevolar con fuerza por él mismo sin echarse atrás ante los problemas. Primero la cuidó a ella, ahora a los demás. Él y sus compañeros están al servicio del resto, al pie del cañón como los que están dándolo todo en los hospitales o para que no nos falte de nada en nuestras casas.

Todos ellos tienen su momento a las 20.00 horas cuando aplaudimos a rabiar. Esta es otra de esas historias que merece la pena y como decía Nerea: "se tenía que contar".