Ian Trainer, de 83 años, había sido encarcelado en varias ocasiones por escuchar música clásica demasiado alta en su casa. Sus problemas de audición le habían convertido en el "terror" de sus vecinos. El pasado 23 de noviembre falleció en el hospital mientras permanecía arrestado, según informa 'Daily Mail'. No han trascendido los motivos de su muerte.
El anciano ya recibió el año pasado una orden que le prohibía reproducir cualquier audio que superara los 65 decibelios, el equivalente a un volumen normal de conversación, entre las 9 de la mañana y las 10 de la noche. Sin embargo, el pasado mes de febrero, cuando salió de prisión, volvió a saltarse esta restricción.
En una de las inspecciones en la casa de uno de sus vecinos, las autoridades pudieron comprobar la "contaminación acústica" que había en el lugar y que los vecinos del fallecido llevaban soportando varios años. Tras la última denuncia, el anciano replicó a la policía que le gustaba escuchar música a altos niveles. Además, un fuerte resfriado había provocado que el octogenario perdiera audición en uno de sus oídos y tampoco podía llevar auriculares.
Al enterarse de su muerte, algunos vecinos de la ciudad han reaccionado mostrando su malestar por haber encarcelado a un hombre tan mayor en lugar de tratar su problema de sordera o incluso indagar en si tenía alguno psicológico tras saltarse las restricciones de forma reiterada.
"Es absolutamente vergonzoso encarcelar a un jubilado por escuchar música alta porque es sordo, que bajen la cabeza avergonzados por esto". Otros, sin embargo, han defendido la actuación de las autoridades pese a su edad por saltarse continuamente las normas y perjudicar de esta forma al resto de vecinos.