Por qué las calabazas toman todo el protagonismo en Halloween

  • El origen más popular de las calabazas como símbolo de estas fiestas macabras se debe a la cultura celta

Halloween es una de las fiestas más populares en todo el mundo, aunque mucho se ha criticado por su rivalidad con el día de Todos los Santos. Celebrada la noche del 31 de octubre, Halloween es una fiesta importada de Estados Unidos, mientras que el 1 de noviembre tiene su origen en tradiciones culturales de nuestro país. La noche de Halloween tiene en la calabaza a su gran símbolo.

Origen de la calabaza: de herramienta a alimento

La calabaza es un fruto que pertenece a la familia de las cucurbitáceas de tipo pepónide. Hace ya muchos años atrás, algunas culturas aprovechaban las cortezas de las calabazas para crear instrumentos musicales y herramientas.

Es muy probable que las calabazas del continente americano sean producto del gran desplazamiento migratorio que ocurrió hace diez mil años, cuando el ser humano se marchó de Asia hacia el nuevo continente por el estrecho de Bering. Las primeras civilizaciones de América se encargaron de cultivar la calabaza, dando lugar a las variedades que se conocen en la actualidad.

Pero el origen más popular de las calabazas como símbolo de estas fiestas macabras se debe a la cultura celta. Los orígenes pueden rastrearse a la Edad de Hierro, entre los siglos VI y IV antes de Cristo. Para los celtas de Irlanda, Escocia y otras partes de Europa Occidental, el 31 de octubre era muy importante porque esta fecha marcaba el final de la cosecha. Así que para celebrar, organizaban una enorme fiesta conocida como Samhain.

Samhain también celebraba el inicio del invierno, la 'oscura' segunda mitad del año, por lo que era una fiesta pagana para reflexionar sobre la muerte y compartir cuentos para asustar a los niños. La ocasión también se prestaba para hacer duelo por los fallecidos, quienes supuestamente se unían a las festividades por la noche. Según escritos antiguos, los sacerdotes de los celtas, los druidas, encabezarían rituales que tendrían como acto principal el sacrificio de animales y seres humanos en grandes hogueras.

Con la rápida divulgación del cristianismo por toda Europa, la Iglesia católica optó por adoptar algunas fiestas paganas en lugar de prohibirlas todas, introduciendo elementos cristianos a la celebración. Con el tiempo, Samhain se transformó en la víspera de todos los fieles difuntos, seguido al otro día del Día de Todos los Santos.

Con las expediciones del siglo XV y XVI que derivaron en la conquista de América, los españoles mezclaron sus tradiciones religiosas con los rituales indígenas. Los responsables del Halloween moderno fueron los irlandeses católicos, quienes migraron en masa a raíz de la gran hambruna de la patata del siglo XIX.