Como dice el refrán, los amigos están para lo bueno y para lo malo. Lo normal es que las personas nos decepcionen dejándonos de lado cuando más las necesitamos, sin embargo, algunos amigos gestionan fatal nuestras buenas noticias. Esto es lo que le sucede a Mario, un chico de 24 años preocupado porque la relación con su mejor amigo se está enfriando cada vez más. ¿El motivo? Que es incapaz de alegrarse cuando le suceden cosas positivas, pero cuando pasa algo desagradable es todo oídos. Hoy analizaremos esta conducta tan común de la mano de su testimonio.
"Mis problemas con mi mejor amigo, vamos a llamarle David, empezaron cuando acabamos la carrera. Él siempre ha sido un tío muy listo y en cuanto terminó la universidad encontró un trabajo de prácticas de lo suyo. A mí me costó más tiempo y tuve que prepararme un máster para poder trabajar de algo mínimamente cercano a lo mío, aunque en realidad tampoco es mi sueño, pero me ha permitido independizarme.
Como decía, desde que acabamos la carrera me empecé a dar cuenta de que David se implicaba mucho conmigo cuando yo lo pasaba mal, pero cuando le daba buenas noticias como que pasaba. Por ejemplo, cuando estaba echando currículums y no me llamaban de ningún lado, él me preguntaba todos los días y me escuchaba atentamente. Sin embargo, cuando le conté que quería hacer un máster, que estaba muy contento o incluso cuando encontré un trabajo, restaba importancia a lo que decía y cambiaba de tema.
Esto me lo ha hecho con más cosas, no solo con lo laboral. Cuando aprobaba un examen con buena nota hacía como si no le hubiera contado nada, pero si suspendía le daba mucha importancia. También pasaba con el tema de ligar. Si salía de fiesta y conocía a alguna chica o si me echaba novia, él desaparecía o no quería saber nada, pero cuando pasaban de mi siempre estaba dispuesto a escuchar.
Poco a poco nos hemos ido distanciando y cuando me pasan cosas, ya sean buenas o malas, no me apetece contárselas a él. Me da la sensación de que me utiliza para sentirse mejor al descubrir que hay alguien al que le va peor que a él, y que si me va bien no me necesita para nada. Al final todo esto me genera mucha ansiedad y he preferido pasar, pero también me da pena porque ha sido mi mejor amigo durante todo el instituto y la universidad. ¿Qué puedo hacer?"
Lo que le sucede a Mario con su amigo es muchísimo más habitual de lo que pensamos, aunque a veces las personas como David son capaces de inhibir esta conducta, sufriendo en silencio la desagradable sensación que provoca la situación que acabamos de describir.
Hay tantas razones como personas en el mundo, pero por norma general la explicación de por qué algunos amigos ignoran tus alegrías, pero prestan atención a tus dramas es:
Esto es lo primero que se nos viene a todos a la cabeza y, en la mayoría de los casos, la razón por la que algunos amigos actúan así. Si nos paramos a pensar, es evidente que cuando nos sentimos mal con nosotros mismos, lo último que nos apetece es ver lo bien que le va a los demás. Aunque suene egoísta, es la realidad.
Una buena forma de gestionar estas inseguridades es conociéndonos mejor, hablando abiertamente de los complejos con nuestros amigos y trabajando en nuestro bienestar psicológico para superar aquellas cosas que no nos gustan. Por desgracia no todo el mundo sigue estas pautas y algunas personas recurren a conductas dañinas como por ejemplo pagar sus inseguridades con sus amigos alegrándose de sus desgracias y minimizando sus éxitos.
Hay personas que tienen un mayor dominio de las destrezas sociales y otras a las que se les atascan algunos aspectos. El problema es que estas habilidades no se enseñan en los colegios y muchas veces tampoco se aprenden en casa, así que poco a poco acumulamos déficits que perjudican nuestras relaciones interpersonales en el futuro.
Uno de estos déficits es ignorar las buenas noticias y prestar más atención a lo malo, porque en el fondo creen que así ayudan más a sus amigos. La premisa es simple: “si le pasa algo bueno no necesita mi consejo porque todo va bien, pero si le pasa algo malo debo esforzarme en escuchar a mi amigo y aconsejarle porque me necesita”.
Por último, pero no menos importante, algunas personas actúan así porque es lo que han aprendido en otras relaciones. No solo hablo de amistades, sino también de dinámicas familiares, relaciones de pareja o incluso en el instituto y el colegio al interactuar con los profesores.
Vivimos en una sociedad en la que los éxitos se pasan muchas veces por alto y machacamos a las personas por sus fracasos. Creemos que resaltando lo negativo fomentamos la autocrítica y ayudamos a la gente a aprender de sus errores, pero lo que de verdad conseguimos es generar inseguridades en estas personas.
Si te has sentido identificado porque tu amigo pasa de ti cuando te suceden cosas buenas, lo mejor que puedes hacer es hablar con él seriamente. Dile cómo te sientes y dale un poco de espacio para que reflexione sobre su comportamiento. A veces es difícil asumir nuestros defectos, y cambiarlos todavía más. Si la amistad merece la pena, apóyale, pero si toda esta situación está consumiendo tu salud psicológica pon tierra de por medio y distánciate.