Javier tiene 31 años y es uno de los 190 voluntarios para el ensayo clínico de la vacuna del coronavirus en España
Hablamos con Javier Cantón, un joven que ha participado como voluntario de la vacuna contra el COVID-19 en el hospital madrileño de La Paz
Las vacunaciones de la Fase II del ensayo clínico de Janssen comenzaron en España el 15 de septiembre
La monitorización de los voluntarios será constante de 14 a 16 meses y tendrán que rellenar un calendario de síntomas diario
Desde que España dio luz verde a su primer ensayo clínico en fase II, Javier Cantón lo tuvo claro: él quería ser uno de los 190 voluntarios españoles que probasen esta primera prueba de la vacuna para el COVID-19 en España. Concretamente, la vacuna Ad26.COV2.S, de Janssen, el laboratorio de la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson con la que se está trabajando desde el pasado 28 de agosto en solo tres hospitales españoles: La Paz y La Princesa en Madrid y el Marqués de Valdecilla en Santander.
Con el tiempo encima en una carrera en la que la COVID-19 ya se ha cobrado más de 1.003.922 vidas en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los últimos datos de la Universidad de Johns Hopkins, los datos de España no ofrecen tampoco una perspectiva demasiado optimista: los diagnósticos confirmados por PCR ascienden ya a 758.172 y la cifra de fallecidos es de 31.614, tal como se desprende del último informe del Ministerio de Sanidad. Con este panorama sobre la mesa, las esperanzas están puestas en el primero que dé con una vacuna que se pueda suministrar a la población. Pero, ¿de qué depende esto? Del éxito que tenga la fase experimental de la que ya forma parte Javier Cantón junto a otros 190 voluntarios en España.
MÁS
Este profesor granadino de 31 años, afincado en Madrid desde hace seis, no se lo pensó dos veces: "A principios de septiembre escribí un correo a los médicos responsables del Hospital de la Paz", explica a Yasss. A partir de ahí, Javier Cantón empezó su aventura que arrancó hace una semana al ser uno de los elegidos por el hospital madrileño para probar la vacuna de este primer ensayo.
Antes de ser un 'vacunado de COVID', Javier no se había planteado el presentarse a ningún ensayo experimental. No era algo que pasase por su cabeza tal como nos ha confesado, pero el hecho de "poder ayudar a la sociedad" y el cumplir los requisitos que se pedían (estar dentro del rango de edad solicitado y no haber pasado el virus antes) le animó a enviar ese correo. Tras pasar esas dos pruebas imprescindibles y ser considerado una persona sin patologías previas se procedió a inocularle del antígeno contra el coronavirus. Un protocolo que no es el mismo para todas las personas que se han presentado.
Participar en el ensayo clínico: protocolo para la vacuna de la COVID-19
Las vacunaciones de la Fase II comenzaron en España el 15 de septiembre. Solo dos días después, Javier recibió la primera dosis. De lo que les informaron antes de recibir las inyecciones es que "existen personas en las que se prueba una dosis y a otros de dos", nos ha explicado Javier, a lo que añade que el protocolo después de la exposición del contenido continúa con una fase de control para ver cómo los pacientes reaccionan.
En esta fase se estudia cómo determinar la cantidad de dosis para generar la inmunidad, las diferencias entre administrar una o dos, así como el intervalo de tiempo que debería pasar entre las dosis necesarias. En su caso no hubo demasiadas complicaciones. En clave de humor dice que "no se ha convertido en uno de los X-Men" pero sí ha reconocido que tuvo algo de malestar. "Solo tuve fiebre el primer día y medio y algo de mal cuerpo", confiesa tras superar la primera semana después de vacunarse.
Lo siguiente que queda después de esto es estar vigilante. Cualquier mínimo síntoma que se presente hay que dar parte en el centro, aunque la monitorización de los voluntarios será constante de 14 a 16 meses, tal como nos cuentan. Para hacer ese seguimiento más fácil a cada uno de los 190 voluntarios se les ha dado un calendario de síntomas diario para que el seguimiento sea más fácil y constante.
La opinión de sus amigos y familiares
Ser de los primeros en enfrentarse por voluntad a la reacción del virus no siempre lo entiende todo el mundo de primeras. Para Javier ha sido una experiencia que recomienda totalmente. "Hay que ser valientes pero no inconscientes", dice alegando que esta vacuna está avalada por publicaciones científicas previas. Él sí se ha sentido comprendido en su decisión, aunque reconoce que su familia ha vivido todo esto con preocupación pero también "con una mezcla de admiración, curiosidad y agradecimiento".
La realidad es que la carrera hasta dar con la vacuna definitiva del coronavirus para toda la población es larga, aunque la farmacéutica estadounidense, que también sigue su plan en Alemania y Países Bajos, con un total de 550 participantes, sigue avanzando en sus fases. El pasado 24 de septiembre, Johnson & Johnson anunciaba que pasaba a la fase III a nivel global, aunque en España se siga todavía en la II.
Esto es posible gracias a la labor de Javier Cantón y de los otros voluntarios, que por ayudar han asumido un factor de riesgo. No hay detrás ningún motivo económico, solo el poder vencer el virus es el motor que les mueve para apuntarse a esta aventura. "En este ensayo solo pagan taxi, aparcamiento y kilometraje. Intentan que no te cueste dinero estar ahí", cuenta este joven voluntario al que hay que agradecer junto a todos los que también se han presentado que su esfuerzo haga más cercana la vuelta a la antigua normalidad.