Jabalíes, de nuevo, en las calles de Barcelona. Les echaban comida para distraerlos tras su agotadora visita matutina por las calles del centro de Barcelona. Un operario del Servicio de Veterinaria de la Autónoma de Barcelona, cerbatana en mano, se sitúa detrás de ellos, apunta y lanza un dardo tranquilizante a uno de los jabatos. Actuación rápida y contundente que se repite con el otro ejemplar.
Sin embargo, tras el segundo disparo, las crías se asustan y huyen por la ciudad. A la carrera, agentes de la Policía los persiguen. Y podemos ver cómo uno de ellos empieza a tambalearse hasta caer al suelo en una plaza. El coordinador del Servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje (SEFaS) ha enseñado la cerbatana y los dardos que se han utilizado y que duermen al animal en 10-15 minutos.
Tras la captura se les ha practicado la eutanasia porque ya no se comportan como los de su especie y, aunque se les devuelva al campo, regresan a la ciudad.
Un estudio del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) i del Servei d'Ecopatologia i Fauna Salvatge de la Universitat Autònoma de Barcelona (SEFaS-UAB) del que se ha hecho eco la web elnacional.cat determina que los jabalíes que hay en torno al área metropolitana de Barcelona son portadores de bacterias intestinales resistentes en los antibióticos. Se trata del campilobacter y, en menor medida, de la salmonela, unos de los principales patógenos de transmisión alimentaria que circulan por Europa responsables de gastroenteritis en humanos.
Los investigadores destacan que en los últimos veinte años ha crecido la población de jabalíes en el entorno metropolitano de Barcelona, pudiendo verse jabalíes en espacios públicos como calles, parques y jardines de los municipios más próximos al parque natural. Esto se ha demostrado ahora una vez más. Y no lo olvidemos: compartir espacios entre jabalíes y personas puede hacer más transmisibles los patógenos