Acabo de tener un infarto pulmonar hace unas semanas causado, entre otros factores, por tomar la píldora anticonceptiva, fumar, ser una persona sedentaria y tener sobrepeso. La píldora anticonceptiva puede presentar efectos secundarios que incluyen la obstrucción de los vasos de las piernas y los pulmones por coágulos (trombosis venosa). Este efecto secundario es poco frecuente, pero es el efecto adverso grave que ocurre con mayor frecuencia, como me ha pasado a mí. Durante el último mes he estado buscando mucho y por eso me gustaría contaros mi testimonio.
La frase que más me han podido repetir todos los médicos que me han visto en este mes, tanto en el hospital como en el centro de salud, ha sido: “¡Ah! ¿Pero es que no sabías lo efectos secundarios que podía causarte tomar anticonceptivos y fumar?”. Pues no, no lo sabía. Y lo más curioso que me ha parecido es que tampoco estuviesen enterados de ningún caso mi pareja, su familia y la mía, nuestros amigos y amigas y las amistades de nuestros familiares.
Y todo esto viene del desconocimiento, porque solo los que están informados son capaces de reconocer 3 de los más de 10 factores de riesgo vinculados a esta patología (infarto pulmonar). Los más importantes, por orden, son: tomar anticonceptivos, fumar, tener sobrepeso y llevar una vida sedentaria, que en mi caso se cumplen.
Empecemos por el principio. Muchos de los que estaréis leyendo esto pensaréis que yo decidí por mi propia cuenta presentarme en la farmacia y pedir la píldora para no quedarme embarazada, pero en mi caso me fue prescrita por un problema de hormonas en la adolescencia.
Con 14 años tuve unos desajustes hormonales fuera de lo común hasta el punto de desangrarme con la menstruación y estar entre la vida y la muerte, por lo que se me hizo un legrado. A partir de ahí, me medicaron dos meses con las hormonas (progesterona y estrógenos) por separado y según acabé, me pasaron a la píldora anticonceptiva porque contiene ambas hormonas en una sola pastilla. Me indicaron que tenía que tomar la píldora anticonceptiva durante seis meses ininterrumpidamente, es decir, sin que me bajase la regla en todo ese tiempo.
Una vez finalizado ese periodo, debería tomar anticonceptivos de forma normal con la semana de descanso para regular mis hormonas revolucionadas a mil por hora en mis años de adolescente.
A pesar de llevar 11 años con anticonceptivos prescritos por problemas hormonales e ir a revisiones ginecológicas anuales con más de siete ginecólogos diferentes, no estaba al tanto de que las pastillas anticonceptivas favorecen el que se pueda producir una trombosis en las venas profundas de las piernas (a veces también de los brazos) o una embolia pulmonar. En todas mis consultas he preguntado por dudas que me llegaban de oídas sobre efectos secundarios como que "tomarlos tanto tiempo no era sano", "te puedes quedar estéril" o "tener problemas de salud". Y la respuesta siempre fue la misma: “Los anticonceptivos son seguros y no tiene por qué hacerse ningún descanso”.
Con 25 años y tras sufrirlo es cuando me he enterado, como también explica la sociedad española de cardiología, que tomar anticonceptivos, asociado al consumo de tabaco aumenta de forma exponencial el riesgo cardiovascular y que multiplican el riesgo de tromboflebitis, es decir, una embolia: un coágulo de sangre que se forma en tus piernas, viaje por todo tu cuerpo y se aloja donde le dé un poquito la gana. En mi caso ha sido en el pulmón, provocándome una embolia pulmonar y esta, a su vez, un infarto pulmonar (la muerte de una parte de este órgano).
En este sentido, las fumadoras que toman anticonceptivos multiplican el riesgo de trombosis o infarto. Un estudio de la Universidad de Copenhague, publicado en 'British Medical Journal' (BMJ), y realizado a 9,4 millones de mujeres de entre 15 y 49 años, ha demostrado que las usuarias de algún método anticonceptivo con hormonas tienen un mayor riesgo de sufrir trombosis respecto a las no usuarias.
Yo era fumadora (obviamente desde que me ha pasado esto, no he vuelto a tomar un anticonceptivo ni a fumar) y resulta que, si de por sí ya los anticonceptivos tienen un riesgo en las mujeres para la formación de trombos, si fumas te estás jugando muchas más papeletas.
Fumar mata y lo sabemos todos: lo pone en las propias cajetillas de cigarros, pero jamás pensé que podría tener un problema cardíaco por mezclar píldora con tabaquismo.
La respuesta es sí. Efectivamente, cualquier mujer está expuesta a tener efectos secundarios de la píldora anticonceptiva, sobre todo si esta se usa a una temprana edad para ajustar las hormonas de la adolescencia. Además, he recogido otros caso parecido al mío para que veáis que no es un hecho aislado.
Me leí el prospecto de la marca de la píldora anticonceptiva que yo tomaba (eran anticonceptivos hormonales combinados con dos tipos de hormonas: estrógeno y progesterona) y, literalmente, podréis ver que los trombos se desarrollan en casos raros adversos y que le ocurren a 1 de cada 100 mujeres (yo he sido una de ellas). Según la web TROMBO.info, sobre la enfermedad tromboembólica venosa (trombosis venosa y embolia pulmonar), aunque el número de mujeres que sufren estas dolencias mientras toman anticonceptivos combinados es relativamente bajo, "hay que recordar que la EP (embolia pulmonar) es una enfermedad potencialmente mortal".
En el prospecto de estos anticonceptivos te describen los síntomas ante la formación de un trombo o de una embolia pulmonar:
Aunque llevaba un mes teniendo falta de aire, dolor en las piernas o dolor en el costado, todo eso lo achaqué a mi falta de ejercicio, pero de repente me encontré en urgencias y no fue por eso. En este sentido mi médico de cabecera me dijo que mi situación “no tiene por qué ocurrir, pero a la que le ocurre, le puede suceder algo grave”. El riesgo de padecerlo es muy pequeño.
*Este artículo se ha realizado en base a un testimonio personal. El uso de anticonceptivos orales combinados conlleva un riesgo muy poco frecuente de tromboembolismo venoso. Los anticonceptivos orales combinados están constantemente monitorizados por los sistemas nacionales de vigilancia farmacológica. Si tienes dudas, habla con tu médico o ginecólogo.