La fiebre del diamante desata este entusiasmo entre cientos de sudafricanos que llegan al lugar donde un pastor halló el sábado una piedra que no se ha confirmado que fuera preciosa. Pobres buscadores de fortuna excavan la tierra con picos, palas pero también con tenedores y sus propias manos con la esperanza de un giro radical en sus vida que les saque de la miseria y de los problemas de delincuencia.
Grandes multitudes se han reunido en un pueblo de la provincia sudafricana de KwaZulu-Natalen, al este del país, para extraer lo que creen son diamantes. En un video, publicado el pasado domingo por el Gobierno provincial en su cuenta de Twitter, se puede ver a docenas de personas cavando el suelo en busca de gemas.
El efecto llamada ha movilizado a unas mil personas hasta esta explanada cercana a la ciudad sudafricana de Ladysmith, al oeste del país. Las piedras halladas podrían ser cristales de cuarzo y aun así la compraventa ha empezado. El departamento sudafricano de minas ha enviado a expertos en geología para una toma de muestras y análisis. Las autoridades locales dicen que esta práctica colectiva de recolección es ilegal. Les piden que se marchen con el argumento también de la pandemia...pero nada disuade por ahora esta fiebre del diamante