La ballena fue avistada el domingo cuando varó en unas gradas de cemento en la esclusa de Richmond Lock, en el Támesis. Los rescatistas han estado interminables horas tratando de liberarla y en un primer momento fue conducida a mar abierto, pero volvió a desorientarse y ante su deteriorado estado los veterinarios la han sacrificado.
La ballena, que medía unos cuatro metros (13 pies) de largo, fue vista por primera vez tumbada sobre los rodillos de la esclusa el domingo por la noche, adonde llegaron unidades de policía, bomberos y guardacostas para auxiliarla. Cientos de personas se reunieron a lo largo de las orillas del Támesis para presenciar la operación de rescate de la ballena.
Julia Cable, Coordinadora Nacional de BDMLRC dijo anteriormente que el tamaño de la ballena, estimado en alrededor de 4.5 metros, sugería que todavía era dependiente de la madre, o al menos dependiente socialmente, por lo que "no podemos volver a colocarla" en el mar.
"Está nutricionalmente en mal estado o se ha separado de su madre demasiado pronto, o ha sucedido algo y se ha quedado sin energía", explicó la experta. Finalmente el cetáceo fue sacrificado debido a su mal estado.