Jessica Myott, una mujer de 25 años de Stockport (Inglaterra), estuvo a punto de quedarse ciega tras inyectarse relleno en los labios y la mandíbula.
Myott ha contado al diario The Sun que el 29 de noviembre de 2018, acudió a un salón de belleza, donde la rellenaron los labios y la mandíbula. Ese día, no notó nada inusual; pero, el siguiente, su labio superior comenzó a hincharse y, al otro, se despertó con “un dolor horrible”.
Myott acudió a dos clínicas y dos hospitales distintos, donde finalmente le confirmaron que tenía una infección que tenía que ser tratada con antibióticos. Sin embargo, esto se extendió. Notaba, incluso, cómo le faltaba la respiración.
“Sentía que tenía agua en el oído. Notaba ardor debajo del ojo. Tuve miedo de quedarme ciega”, expresa al mismo medio.
Al ver que la situación no paraba de empeorar, la madre de Myott la llevó al hospital de Wythenshawe, donde se le partió el labio superior. “Me pusieron un goteo intravenoso para antibióticos y líquidos, y me dijeron que debía operarme”, cuenta.
Al día siguiente, los doctores removieron tres abscesos del labio. Pero, tuvo que permanecer otros dos días con el labio abierto en caso por si se volvían a desarrollar abscesos.
Tras la recuperación, meses después, en julio de 2019, los médicos estéticos le dijeron que podía volver a rellenarse los labios, siempre y cuando lo hiciese un médico capacitado.
Por su parte, la persona que la intervino la compensó con 2 500 libras esterlinas (en euros, 3.011,56), pero se ha defendido, explicando que “es la primera reacción que alguien ha tenido en toda mi carrera de cuatro años, y he tratado a miles de mujeres exactamente de la misma manera”.
“Intentamos ayudarla tanto como pudimos el domingo y le ofrecimos pagarle para ver a un médico privado, pero ella lo rechazó. Si lo hubiera tratado cuando le avisamos, no habría terminado en el hospital”, agregó.