El autor original de las instantáneas del pez diablo negro que apareció en Tenerife, el fotógrafo marino David Jara Boguñá, ha compartido en su cuenta de TikTok (@jara.natura) un vídeo en el que procede a aclarar todas las dudas generadas con el avistamiento del animal tras hacerse viral en redes sociales, además de mostrar imágenes inéditas hasta el momento. Este encuentro se produjo el pasado 26 de enero cerca de la costa de Playa San Juan, en el municipio tinerfeño de Guía de Isora a plena luz del día y casi en la superficie, lo que resulta un fenómeno excepcional para esta especie.
Asimismo, la entidad que lo encontró, la ONG Condrik Tenerife, estaba realizando una expedición sobre tiburones pelágicos cuando se toparon con el pez. Tras verificar que el animal había muerto, lo recogieron cuidadosamente como una muestra y lo trasladaron al Museo de la Naturaleza y Arqueología (Muna) de Santa Cruz de Tenerife. Según la bióloga marina Laia Valor, en esta zona solo se habían registrado hasta ahora larvas o ejemplares adultos muertos a tan poca profundidad, como explicaron a ‘EFE’.
Así pues, Jara comenta en el vídeo que, a pesar de la creencia popular del tamaño de este tipo de pez, la realidad es que son pequeños y procede a mostrar una fotografía que tomó del encuentro para que se pueda ver la comparación del animal junto a uno de sus compañeros de la ONG Vida Marina Tenerife. El ejemplar con el que se toparon no medía más de seis centímetros y aclara que “era más un buñuelo negro que un monstruo”.
Ante una de las preguntas que más le hicieron al fotógrafo marino sobre la peligrosidad del animal, ha querido aclarar que "en ningún momento nos atacó o hizo el amago de atacarnos, estaba más bien desorientado y no se corría ningún tipo de peligro”. Esto se debe a que su aspecto feroz y monstruoso choca con su comportamiento y tamaño.
Otro descubrimiento del hallazgo es que el ejemplar de diablo negro con el que se toparon se trata de una hembra. Esto se debe a que los machos no pasan de dos o tres centímetros de largo y, además, no disponen de esa antena tan característica con la bioluminiscencia en la punta que sí que presenta el individuo que encontraron.
Tras la publicación del encuentro y posterior viralización, muchos usuarios de las redes sociales comenzaron a teorizar sobre el motivo por el que estaba en la superficie y, a pesar de las innumerables hipótesis que se crearon, las principales para Jara serían que “el animal estuviera enfermo, que el animal hubiese sido arrastrado por una corriente ascendente o que estuviera huyendo de algún depredador". Además, ha compartido que incluso algunos investigadores han teorizado sobre la idea de que la diabla negra "podría haber ingerido algún pez que, en el momento de la digestión en su vejiga natatoria, los gases que se producen podrían haberle hecho ascender hasta la superficie".
Asimismo, el fotógrafo incide en que otras hipótesis que han surgido en internet como la del cambio climático "me parecen pretenciosas y hablar de que viene el apocalipsis me parece surrealista y absurdo".
A pesar de que "la diabla negra murió”, su cuerpo fue donado al Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife para seguir siendo estudiado, y según Jara, “al final este avistamiento es más una anécdota interesante que otra cosa”.
No obstante, resalta que, en este suceso que les ha puesto el foco mediático encima, "lo más importante es destacar la labor que hacen ONG como Condrik Tenerife para defender, divulgar y proteger nuestros mares, especialmente los tiburones que son un grupo de animales que están muy amenazados en las Islas Canarias y en el resto del mundo”.
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