Aunque en Occidente siempre celebremos la llegada del Año Nuevo en la misma fecha (la noche del 31 de diciembre), el cambio de año para la comunidad china depende intrínsecamente del ciclo lunar. Por ello, cada vez tiene una fecha distinta, en la que todo el país comienza un nuevo ciclo, que estará marcado por un animal del horóscopo concreto y un elemento celestial. El animal se elije según los 12 que conforman los signos del zodíaco: rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro, y cerdo.
Según la leyenda, estos fueron designados y ordenados durante un carrera ancestral, organizada por el Emperador de Jade, para elegir a los 12 guardianes de la Puerta del Cielo. Contra todo pronóstico, ganó la rata, que supo esconderse hábilmente entre los lomos del buey y soltarse a tiempo para ser el primero en tocar los pies del rey. El tigre y el conejo llegaron en tercera y cuarta posición, seguidos del dragón y la serpiente. En séptima y octava posición quedaron el caballo y la cabra y fueron el mono, el gallo, el perro y el cerdo los que quedaron en las últimas posiciones, respectivamente.
Así se decidió el orden de los signos del zodíaco, aunque no su relevancia astral obligatoriamente. Todo oriental sabe que el dragón, por mucho que quedara en los puestos centrales de la carrera, es una de las figuras más poderosas de su cultura. Por ello, en 2024, los afortunados por nacer bajo su signo celebraron doblemente el Año Nuevo del Dragón. Ahora, tal y como sigue en la lista, le toca el turno a la serpiente, pero, ¿qué significa para la astrología china?...
Si en la cultura griega, la serpiente era el símbolo de la curación física y mental, un concepto totalmente alejado de la mala imagen que suele tener este animal, para los chinos es un signo vinculado a la sabiduría, el misterio, la elegancia y la protección, razón por la que la forma de su contorno se parece tanto a la vista aérea de la Muralla China. También es una inspiración para muchos de los movimientos de defensa personal en la China Milenaria y es protagonista de leyendas en las que prima su poder de transformación, vinculado a su capacidad por mudar la piel periódicamente.
En cuanto a la madera, los sinólogos dicen que es un elemento que representa la longevidad y el crecimiento, atributos que destacan en los árboles, que pueden vivir miles de años. También es un símbolo de equilibrio y creatividad. Por tanto, de la unión del animal y el elemento, los astrólogos chinos pronostican que el 2025 será un año de reflexión que lleve al cierre de ciclos, el cambio y el comienzo de nuevas etapas, en las que, sobre todo los ciudadanos nacidos bajo su signo, mudarán su piel de serpiente.
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