A la hora de escoger entre un coche automático y uno con cambio manual, conviene tener en cuenta todos los pros y los contras que cada uno de ellos tiene, una vez todo ponderado se podrá tomar la decisión adecuada. Entre las muchas cosas que suelen tenerse en cuenta, hay una que no es demasiado conocida y que puede que no llegue a marcar la diferencia a la hora de decantarse por uno o por el otro, pero conviene saber que los coches con cambio automático no se pueden empujar.
Esto para muchas personas no supondrá ningún cambio, nadie espera que el coche le falle en mitad de la nada y tener que empujarlo hasta un lugar en el que no moleste hasta que pueda llegar la grúa, que será necesaria sea como sea el coche, probablemente. De cualquier modo, este pequeño detalle pone al descubierto que existen grandes diferencias que no siempre conocemos, pues esto sucede por varios motivos.
Los coches automáticos cada vez tienen más adeptos por la comodidad que supone conducirlos, pero conviene conocer los detalles que les diferencia de los otros para evitar cometer errores de principiante, como intentar empujar un coche que no va a arrancar en caso de que se quede sin batería. Son varios los elementos del automóvil que hacen que esto sea así.
En los coches automáticos, la transmisión depende de la presión hidráulica para funcionar, una presión que depende del motor. Si este no está encendido, no será posible mover el vehículo. Además, utilizan un convertidor de par para conectar el motor a las ruedas (algo que en los vehículos de cambio manual se hace a través del embrague), si el motor no está en marcha, el convertidor no será capaz de transferir esa energía que necesitan para moverse. El resultado es que el coche no se moverá.
Otra razón para que esto suceda es que, cuando el vehículo no está arrancado, las ruedas y el motor no están conectados, algo que sí sucede en los coches de cambio manual a través del embrague, esto hace que no sea posible encender el motor moviendo el coche, aunque consigamos hacer que las ruedas giren, el motor lo hará. Empujar un coche automático puede incluso resultar peligroso, porque se podrían dañar los componentes internos de la transmisión.
Estos son los dos motivos principales por los que es imposible mover un coche automático, por la presión hidráulica y convertidor de par y por la desconexión entre ruedas y motor.
Así, si nos hemos quedado sin batería en el coche automático, la mejor solución es recargarla con la ayuda de otro vehículo al que se conectará con cables o utilizar un cargador portátil, tal y como recomiendan desde el Heraldo. Dos opciones estupendas que pueden darse si tenemos alguna de estas soluciones a mano, aunque la que siempre funciona es avisar a un profesional que se encargue de nuestro coche vuelva a funcionar como debería.