Si vives en Madrid o pasas a menudo por la capital te habrás fijado en uno de sus detalles más emblemáticos: el color rojo carmesí de la bandera de la comunidad y las siete estrellas de color blanco, de cinco puntas cada una, ordenadas en dos filas. Cuatro arriba y tres abajo, enmarcadas en el centro de la imagen que ondea en edificios oficiales, plazas y demás lugares de pompa y circunstancia.
La descripción de estas estrellas viene recogida así en Ley 2/1983, de 23 de diciembre, de la bandera, escudo e himno. "En plata, de cinco puntas, colocadas cuatro y tres en el centro del lienzo". En el texto legal también se aclara la procedencia oficial de las estrellas: el escudo de la Villa.
Más adelante, la ley se refiere de forma un tanto ambigua al verdadero significado de los elementos de la bandera. "Se hacen susceptibles de verse extendidas al resto de la comunidad autónoma, de atender sobre todo a las dos leyendas que les dan origen".
Hoy te explicamos la curiosa historia de este símbolo semilla de la capital.
Es cierto que hoy la bandera de la comunidad puede reconocerla cualquiera, aunque su diseño definitivo es relativamente reciente. Fue oficializado hace apenas cuatro décadas, en 1983. Se izó por primera vez el último día de enero, en la calle San Bernardo, donde entonces estaba ubicada la Asamblea de Madrid. Antes de esa fecha, era verde.
Sin embargo, las estrellas han permanecido inalteradas como elemento principal de la imagen de la ciudad desde mucho antes, lo que demuestra su importancia para la identidad de los ‘gatos’ y adoptados por la capital del Reino de España. Una urbe rodeada de pueblos castellanos hermanos con un espíritu abierto, moderno y acogedor.
El archivo de Patrimonio y los historiadores de la ciudad a menudo relacionan las estrellas con la constelación de la Osa Mayor, que se puede ver desde la Sierra de Guadarrama en las noches despejadas, y el estandarte de la tropa madrileña que luchó en la Batalla de las Navas de Tolosa: un oso con el lomo cuajado de siete estrellas.
Otro de los detalles que más llama la atención es el número de puntas de las estrellas. De nuevo, hay una explicación más que lógica detrás del 5. Cada una de las puntas remite a las ciudades castellanas que rodean a la Capital: Ávila, Toledo, Segovia, Cuenca y Guadalajara.
Ese rojo intenso, como el de una granada madura, también tiene su importancia en la identidad capitolina. “Es un pueblo castellano y que castellana ha sido su historia”, explica la Ley. Madrid fue parte de Castilla La Nueva hasta 1983. Hoy parte de 'Castilla La Nueva' es Castilla-La Mancha. El color carmesí oficial de la Comunidad ha sido tradicionalmente un símbolo de valor, nobleza y, en algunos casos, de sacrificio. También está relacionado con la historia de Castilla. En la Edad Media, el pendón de la región es de este color. Es, además, una suerte de recuerdo de la valentía y la resistencia de la ciudad en momentos cruciales. Desde la Guerra de la Independencia, cuando el pueblo de Madrid luchó contra las tropas de Napoleón, hasta episodios más recientes como la Guerra Civil Española. Madrid se ha mantenido firme, nos explica el color que llegó después del verde.