El Metro de Madrid, una de las redes de transporte subterráneo más antiguas y emblemáticas del mundo, esconde muchas particularidades, como por ejemplo el hecho de que sus trenes circulen por la izquierda, una característica que lo distingue de la mayoría de los sistemas de metro a nivel global.
Para entender por qué el Metro de Madrid circula por la izquierda, hay que remontarse a los orígenes del sistema en el contexto histórico del transporte ferroviario. La influencia británica en los primeros sistemas de metro y ferrocarril es innegable. En el Reino Unido, los trenes han circulado tradicionalmente por la izquierda debido a las antiguas prácticas de circulación de los carruajes, donde los conductores se situaban a la derecha para usar su mano derecha en caso de defensa. Esta práctica se trasladó a los primeros sistemas ferroviarios y, eventualmente, tanto a los sistema de metro, como a las carreteras en el caso del Reino Unido.
Cuando se inauguró el Metro de Madrid en 1919, muchas de las tecnologías y prácticas ferroviarias que se emplearon provenían del Reino Unido, que para entonces ya tenía un sistema de metro altamente desarrollado, con el famoso London Underground como gran referencia. Los ingenieros británicos no solo influyeron en la construcción técnica del metro, sino también en las normativas y también en las prácticas operativas, incluyendo la crucial decisión de que los trenes circulasen por la izquierda.
Otro factor técnico que contribuyó a la decisión de operar el metro por la izquierda tiene que ver con la infraestructura ya existente y las normativas ferroviarias. Los primeros trenes del Metro de Madrid compartían características con los trenes convencionales de la época, que en muchos países europeos, especialmente en aquellos influenciados por la ingeniería británica, ya operaban por la izquierda.
Esta continuidad técnica facilitaba la interoperabilidad y el intercambio de material rodante entre diferentes redes, lo que simplificaba la operación y el mantenimiento. Además, en aquel tiempo, la tecnología de señalización y los sistemas de seguridad ferroviaria estaban diseñados para la circulación por la izquierda, por lo que cambiar el lado de circulación de los trenes habría implicado una serie de complicaciones técnicas y costes adicionales.
Es importante tener también en cuenta que en aquellos años, imitar el modelo británico equivalía a posicionar a Madrid como una ciudad moderna y avanzada en términos de infraestructura.
No obstante, es interesante destacar que no todos los sistemas de metro en Europa siguieron este ejemplo. Por ejemplo, en Francia y Alemania, los sistemas de metro y trenes urbanos circulan predominantemente por la derecha, siguiendo las convenciones nacionales de tráfico. Esto plantea una curiosa dicotomía en la que la decisión de circulación se convierte en un reflejo de la historia ferroviaria y las influencias internacionales de cada país.
Con el paso del tiempo, uno podría preguntarse por qué el Metro de Madrid no ha cambiado a la circulación por la derecha, alineándose de esta manera con la normativa general de tráfico en España. La respuesta, sin embargo, es una combinación de factores técnicos, económicos y de seguridad.
Primero, el coste de cambiar toda la infraestructura de señalización, plataformas y trenes sería astronómico. Implicaría no solo la modificación física de las vías, sino también la readaptación de todos los sistemas de señalización y control, además de requerir un periodo de transición que afectaría gravemente al servicio.
Segundo, la seguridad es un factor clave. La red del Metro de Madrid es extensa y cambiar la dirección de circulación podría generar confusión tanto entre los conductores como entre los usuarios, aumentando el riesgo de accidentes.
Finalmente, la tradición y la historia desempeñan un papel importante. La circulación por la izquierda se ha convertido en una característica distintiva del Metro de Madrid, y mantenerla es, en cierto modo, una forma de preservar la identidad histórica del sistema.