Yellow Day: ¿por qué hoy es el día más feliz del año?

Este jueves, 20 de junio, el mundo entero celebra el día más feliz del año, el Yellow Day. El psicólogo Cliff Arnall, también conocido por desarrollar su fórmula del día más triste o Blue Monday, desarrolló su teoría teniendo en cuenta factores que influyen en el bienestar psicológico y emocional de las personas: poder hacer actividades al aire libre, las relaciones sociales, la relación con los recuerdos de la niñez, la temperatura cálida y la proximidad de las vacaciones, llegando a la conclusión que el 20 de junio era el día clave para ser el más feliz de todo el calendario.

El aumento de las horas de luz y el buen tiempo hace que las personas sientan mayor bienestar. Esto se explica, según Carmen Betoret, psicóloga de la Universidad Europea “porque muchos procesos de nuestro organismo están regulados por la luz, como nuestros ritmos de sueño o la secreción de determinadas hormonas como la serotonina, relacionada directamente con la sensación de felicidad”. Pero más allá de los aspectos biológicos, también hay que tener en cuenta otros factores que contribuyen a un mayor bienestar “como el hecho de que, al ser los días más largos, realizamos más actividades al aire libre, nos mantenemos más activos y socializamos más. Todo esto influye en un mayor bienestar psicológico y emocional”.

Relaciones personales y más tiempo al aire libre

Aunque la psicóloga asegura que determinar este día no quiere decir que sea el más feliz para todo el mundo porque la felicidad es algo subjetivo y varía de unas personas a otras. “Marcar un día como el más feliz, aunque sea de forma simbólica, ayuda a las personas a poner el foco de atención en ello y sirve como recordatorio para centrarnos en los aspectos positivos de nuestra vida”. En este sentido, recordemos el estudio de Martin Seligman, precursor de la psicología positiva, sobre la gratitud, en el que pedía a los participantes que cada día pensaran en tres aspectos positivos sobre su vida. Al hacerlo, tenía un efecto muy significativo y disminuía las tasas de depresión en los participantes, demostrando que centrarse en lo positivo puede mejorar nuestro estado de ánimo.

Vivimos en una era de constantes avances médicos y tecnológicos, de mayor acceso a la información y mayor conectividad entre las personas que nunca y, sin embargo, no podemos afirmar que las personas ahora sean más felices que antes ni que tengan mayor calidad de vida que las generaciones anteriores a la nuestra. Esto es así porque llevamos un ritmo de vida muy elevado y esto nos genera muchísimo estrés y nos dificulta conectar con los demás y con lo que nos rodea. Para conseguir que esto no sea así y podamos mantener un nivel constante a lo largo del año y no solo en días específicos, la experta de la Universidad Europea apunta, siguiendo las conclusiones de Selligman, a tres vías: prestar más atención y aumentar nuestras emociones positivas, ser conscientes de nuestras fortalezas personales y ponerlas en práctica y buscar el sentido de nuestra vida.

Las relaciones personales juegan un papel esencial en la búsqueda de esta felicidad. Carmen Betoret asegura que “los seres humanos necesitamos establecer lazos para sentirnos plenos y alcanzar la felicidad. Las relaciones personales nos proporcionan apoyo emocional y mantener una comunicación honesta con los demás ayuda a resolver conflictos y fortalecer vínculos”. Además, la psicóloga señala acciones que podemos implementar en nuestro día a día para aumentar nuestro nivel de felicidad. “Realizar actividades físicas, no comer en exceso, dormir lo suficiente y tener una actitud positiva hacia los desafíos que se nos presentan son algunos consejos que podemos seguir para mejorar nuestro estado de ánimo y mantener el equilibrio emocional”.

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