Desde Japón hasta Santiago, este modelo de alojamiento tan típico del país nipón está arrasando entre los peregrinos para cargar las pilas de los móviles y las propias también después de un largo camino.
Albergues cápsula que mantienen el espíritu de los peregrinos de entablar amistad y socializar con otros grupos, pero con la ventaja de dormir en una cama individual con cierta intimidad.
Si se quiere ahorrar es una alternativa muy factible, y si se es de los que sufren en espacios cerrados, no hay que preocuparse, son más espaciosos de lo que parece.
Una propuesta diferente que cada día atrae a más caminantes.