Cuando se tiene un mal día, cualquier gesto de amabilidad es bien recibido. Así lo ha demostrado Tatiana, una mujer de Tarragona que, tras una larga jornada con ansiedad en el trabajo, llegó a casa con migrañas y decidió pedir comida a domicilio. Al realizar el pedido, Tatiana pidió disculpas al restaurante por encargar a altas horas de la noche, pero explicó que se encontraba "malita" y al recibir su comida, la mujer se llevó una agradable sorpresa.
La mujer compartió el amable gesto del restaurante en redes sociales y este se viralizó rápidamente.
Tatiana volvió del trabajo con unas intensas migrañas y no se vio capaz de hacerse la cena, por lo que decidió pedir comida a domicilio y esperar su pedido mientras se daba una ducha y se relajaba. Cuando llegó, Tatiana salió a recogerlo, momento que también enfatiza con humor en sus redes sociales: "He abierto al repartidor con la toalla que me ha pillado saliendo de la ducha y creo, por su cara, que se ha asustado... eso también me ha hecho el día", escribe.
La mujer realizó el pedido a las 23:00 horas y quiso dejar un mensaje para el restaurante: "Hola, perdonad las horas, acabo de llegar de trabajar y estoy malita, mil gracias!" Lo que no se esperaba Tatiana, es que su amabilidad iba a ser recompensada. "¡No te preocupes por la hora, nuestra cocina está abierta hasta las 23:30! Te hemos puesto tres tequeños de regalo", se leía en una nota que vino dentro del pedido. "¡Que aproveche y a descansar!", agregaron.
"Me he disculpado por las horas porque eran las 23 de la noche... ¡Me acaban de traer esto, con regalos, y se han ganado mi corazón! ¡Me habéis hecho el día!", agradeció Tatiana en Instagram. "Clienta habitual desde ya", afirmó.
En 2022, el restaurante Ochenta Grados, ubicado en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, se hizo viral por la foto de una curiosa cuenta que dejó a todos sorprendidos. Al igual que en el caso de Tatiana, la amabilidad y la educación fueron recompensadas, y es que debajo de todo lo que habían consumido, aparecía otras tres líneas en las que se leía: "Por tu sonrisa", "por tu amabilidad", "por tu confianza", y a su derecha, un descuento de un céntimo por cada una. Al final, también se leía otro concepto con descuento que decía: "Por recomendarnos".
Indudablemente, la amabilidad y educación se pagan con la misma moneda y un gesto bonito, siempre es la clave para la confianza y la felicidad de las personas.