La lucha contra los efectos del cambio climático no tiene límites. Tampoco los esfuerzos de los más concienciados con la reducción de la huella de carbono que dejamos. Por eso, la empresa holandesa Loop Biotech ha lanzado al mercado un ataúd orgánico que garantiza "la vida después de la muerte".
Bob Hendrikx, fundador de Loop Biotech, nos explica que "tras realizar mucho estudio e investigación, especialmente sobre los hongos, aprendí que son los mayores recicladores del planeta. Así que pensé ¿por qué no podemos ser parte del ciclo de la vida? Fue entonces cuando decidí diseñar un ataúd basado en los hongos". recuerda.
Solo se tarda siete días en producirlos y una vez que son enterrados en el suelo, se autodegradan en 45 días. Por ahora, esta empresa es capaz de "hacer crecer" unos 500 féretros al mes.
Los féretros orgánicos están destinado a personas que buscan vivir y morir de forma sostenible, sin provocar ningún tipo de impacto sobre el planeta. Ataúdes que no se fabrican si no que se "cultivan" mezclando el micelio, es decir, la estructura de la raíz de los hongos, junto con fibra de cáñamo. La mezcla se pone en este molde que le dará la forma final a la caja mortuoria.