Un genetista responde: tener hijos siendo hermanos o primos de sangre, ¿causa malformaciones genéticas?

Aunque parezca el hilo argumental de una novela turca de Can Yaman, no lo es. El caso de Ana y Daniel, los hermanos de Granollers que se conocieron en la edad adulta, se enamoraron y tuvieron dos hijos es real y está verificado. Ambos dieron a conocer su relación sentimental en un programa de televisión en el 2016 y, ahora, tras haber formado una familia, están buscando herramientas judiciales para poder casarse. Nuestro Código Civil, sin embargo, no contempla el matrimonio de dos personas con un parentesco de primera consanguinidad, entre otras cosas, por las alteraciones genéticas que puede tener su descendencia.

Mucho se ha hablado de esta historia de amor, que nadie pone en duda. Ana y Daniel son hijos del mismo padre y no se conocieron físicamente hasta que alcanzaron la edad adulta. Ella, sabiendo que tenía un hermano, decidió buscarle en las redes sociales. Le encontró y, al tiempo de conocerse, se unieron como pareja. Hasta ahí, su conflicto moral solo les afectaba a ellos mismos pero, ¿qué riesgos corren los hijos de padres que tienen la misma configuración genética? El genetista Alfonso Alba lo ha explicado para Yasss.

"Todos somos portadores de enfermedades hereditarias"

Para quien no lo sepa, todos somos portadores de enfermedades hereditarias. Entre nuestros más de 20.000 genes, "habitan hasta 50 patologías que podemos transmitir a nuestros hijos a través de una copia normal y otra alterada": talasemias, porfiria, fibrosis quística, enfermedades renales o malformaciones físicas son algunas de ellas.

Estas afecciones se conocen como "patologías autosómicas recesivas", que solo se manifiestan cuando existen dos copias exactas de cada gen. Normalmente, no las padecemos (no hay síntomas) porque los genes del padre y la madre no han coincidido en la misma enfermedad. "Sería mucha casualidad que encontraras por la calle a una pareja que tenga las mismas mutaciones que tú", ha comenzado a explicar el doctor Alba.

"Las probabilidades de transmitir mutaciones son del 25%"

"Sin embargo, las probabilidades de transmitirlas a los hijos aumentan hasta, al menos, un 25% cuando se trata de miembros de la misma familia. En el caso de la descendencia entre primos aumentan x3 y, en el de los hermanos, mucho más", ha explicado, poniendo un ejemplo fácilmente reconocible: "Si en mi familia tenemos el dedo meñique retorcido y yo tengo hijos con uno de los miembros, hay muchas más probabilidades de que mis hijos nazcan con esa característica. Por eso, en países como Estados Unidos, para evitar patologías mayores, está completamente prohibida la unión entre hermanos y sólo algunas regiones lo permiten entre primos de primer grado".