La tortilla de patata es uno de los mayores manjares de la gastronomía española, un plato emblemático que raro es el bar o restaurante de nuestro país en el que no se pueda degustar. También, por supuesto, es uno de los que más debate suscita ya que, además del huevo y la patata, ingredientes básicos e imprescindibles, hay quienes defienden que es preferible con cebolla. Referente a ello llegó a pronunciarse el prestigioso chef Dabiz Muñoz.
En esta ocasión, el dilema no es si con cebolla o sin cebolla ni si es mejor poco hecha o cuajada. Para gustos, los colores. La ciencia, según indica el diario El Comercio, ha intentado aclarar otra duda acerca de la tortilla de patata, en esta ocasión sobre si debe comerse fría, caliente o templada.
En este caso, e intentando dejar de lado opiniones personales en las que será siempre imposible alcanzar un acuerdo, la respuesta es muy sencilla: caliente. Y tiene que ver con la patata y, más concretamente, con el almidón que ésta contiene.
Los expertos sugieren que en una mezcla caliente entre la patata y el huevo se origina un efecto gelatinoso en el almidón por una alteración producida en su estructura molecular. En cambio, en frío, el almidón se tiende a compactar, haciendo el alimento mucho más pesado y dilatando y dificultando su digestión.
En cuanto al ámbito sanitario, los profesionales siempre remarcan que la mejor manera de evitar infecciones por salmonelosis es asegurándose de que su parte interior queda bien hecha. No obstante, son muchos los ciudadanos que deciden asumir este riesgo para disfrutar de una tortilla menos cuajada y más líquida.
En lo que no hay ninguna discusión es que la patata, el huevo, la sal y el aceite no pueden faltar. A partir de ahí, cuanto mejor sea la materia prima, mejor tortilla obtendremos para llevarnos a la boca.