Ale Agulló, 'cara cuadrada' para sus más de 4,5 millones de seguidores en TikTok, ha convertido las anécdotas familiares con su madre, 'la Chelo', en un modo de vida al que la cocina no ha sido ajena, por lo que ahora lanza el libro 'Recetas para independizarte sin morir (de hambre) en el intento'.
Formada como ayudante de veterinario, su trabajo en un circo acabó con el confinamiento por la pandemia, momento en el que se asomó a la red social y se animó a grabar y publicar vídeos de su madre echándole broncas "sin que ella se diera cuenta"; tuvieron tal repercusión que finalmente se lo confesó y le pidió recrear situaciones familiares para disfrute de sus espectadores virtuales, a lo que 'la Chelo' no dudó en sumarse.
Así lo cuenta a EFE quien, a sus 26 años, ha hecho de TikTok, Instagram y sus colaboraciones con diversas marcas un medio de vida. "Son espacios que dan lugar a muchos creadores desde el entretenimiento; el secreto es ser natural, ser tú mismo y subir los vídeos que te gustan", dice.
Visto el éxito, se animó a estudiar un grado de Marketing y Publicidad que planea completar con algún máster relacionado con el sector pero sin abandonar una actividad en redes sociales que le ha hecho desfilar para Adolfo Domínguez y ser imagen de varias marcas, actividades remuneradas que son su medio de vida y que, a diferencia de otros de su generación, le permitieron independizarse hace un año.
"Sin las redes sociales no me hubiera podido independizar. Poca gente puede por el tema económico", reconoce esta madrileña que ha sabido monetizar sus relaciones familiares bajo el filtro 'cara cuadrada' de TikTok y a la que "algún imitador" le ha salido.
En la relación con su madre transmitida en redes sociales no faltó la cocina; tampoco cuando se independizó y abrió otra cuenta para mostrar sus elaboraciones favoritas. De esa conjunción nace el libro 'Recetas para independizarte sin morir (de hambre) en el intento' (Alfaguara), compuesto por "un 40 % de recetas de 'la Chelo' y un 60 % de Ale".
Dado que sus amigas "no tienen ni idea de cocinar", aceptó la propuesta de la editorial de lanzar este libro de supervivencia alimentaria dirigido a quienes vuelan del nido "sin saber freír un huevo". "Lo hago para que coman mejor", apostilla.
Con el sentido del humor que la caracteriza, las recetas están organizadas por nivel económico (de rica, de proletaria, de pobre y de rata) y de dificultad (perezoso, resaca, tentadora, Masterchef y Thermomix).
Añade, además, sugerencias del momento de consumo, como los pimientos piquillo en salsa "ideales para darle uso a la batidora, que te la compraste y no haces nada con ella", unas patatas acordeón crujientes con especias "para alegrar días grises" o la carne con patatas y ensalada "para darle en la boca a tu madre y mostrarle lo bien que te va siendo independiente".
Y aunque disfruta de su vida fuera del nido, sigue recurriendo a su madre, de 56 años, para sus vídeos y la echa de menos en su vida diaria. "Ahora tengo que hacer absolutamente todo", incluida su receta del cocido, que hasta ahora ha sido incapaz de reproducir.
A cambio, asegura, la ha superado en el arroz blanco, que puede acompañar unos jamoncitos de pollo al limón, uno de sus platos favoritos junto a las albóndigas "con o sin tomate".
A quienes puedan lanzarse a vivir fuera de la casa familiar recomienda, además de su libro, "ir a la compra a por lo necesario para que nada se te estropee en la nevera; congelar lo que no te vayas a comer y no volverse loco comprando utensilios que no se usan". Palabra de la que acabó regalando una freidora de aire que sólo usó una vez.