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¿Cuál es el secreto para tener una relación que dure, pero sobre todo que sea feliz? Si eres una persona enamorada del amor, probablemente te habrás hecho esta pregunta en algún momento de tu vida. Para responderla, hemos hablado con diez parejas que llevan años conviviendo y, pese a los conflictos pasajeros y los baches más largos y duros, disfrutan de una relación sana.
“Si estáis jodidos psicológicamente hablando, la relación va acabar pinchándose y desinflándose como un globo. Está muy bien apoyaros mutuamente, pero cuando estéis pasando por un mal momento, id a terapia. No cargues a tu pareja con la responsabilidad de salvarte. Esa tarea es muy dura y os pasará factura”, comparten Diego y Judith (29 y 27 años respectivamente, 8 años de relación).
Quique y Maripaz (26 años ambos, 5 años de relación) explican que para ellos lo más importante es “la independencia. No puedes olvidarte de todas las cosas que te hacen feliz fuera de la relación y no puedes enfadarte con tu pareja por encontrar alegría en otras personas o pasatiempos. Nosotros tenemos amigos y hobbies compartidos, pero también tenemos muchos otros por separado y es un momento de desconectar, de subidón y de crear anécdotas para contar al otro”.
Mónica y Xabier (32 años ella y 31 años él, 10 años de relación) enfatizan la importancia de la comunicación: “Al principio te callas las cosas porque no quieres asustar a tu pareja con tus inseguridades, pero hay que superar ese miedo porque sino te come. Las cosas que no se dicen acaban rompiendo la pareja y además muchas veces te callas algo tanto tiempo, que acabas explotando y diciéndolo de malas maneras. Si lo dices desde el principio, es más fácil solucionar los conflictos. También hay que aprender que no es lo mismo un conflicto que una discusión, pero hasta en las mejores familias hay ambas”, confiesan entre risas.
Alba y Carolina (27 años y 30 años, 6 años de relación) priorizan también la comunicación, pero sobre todo un consejo que Carolina aprendió en terapia. “Antes, cuando me enfadaba con Alba, mi primera reacción era hablar desde la mala hostia. En terapia entendí que antes del enfado hay una emoción que me altera. A veces, estaba enfadada porque sentía celos, porque me ponía triste, porque me sentía desatendida, porque me venían las inseguridades de mi anterior relación… Son ejemplos. Aprendí a expresarme a partir de esas emociones y Alba me empezó a entender mucho mejor. Empatizaba conmigo y yo no me ensañaba con ella. Fue un punto de inflexión en la relación y se lo recomiendo a todo el mundo”.
“Hay parejas que están todo el puñetero día juntas, pero es como si ni se conociesen. Una cosa es estar el sofá mirando el móvil y otra no hacer ni caso a tu pareja. Hay que pasar tiempo de verdad los dos, sin distracciones ni nada. Para que una relación sea larga y estéis a gusto, hay que cuidarla igual que cuidas tu curro o tus amigos. ¿Si quedas con tu mejor amigo te pasas mirando el móvil toda la quedada? No. Pues no hagas lo mismo con tu pareja”, explican Julián y Ainhoa (26 años ambos y cuatro años de relación).
“Una pareja sana puede opinar diferente de muchas cosas, pero si no tienes los mismos valores vitales y los mismos proyectos a largo plazo, al final va a irse todo a la mierda. El tema hijos es muy importante y aunque seas súper joven y estéis empezando a salir, conviene hablarlo. Si no, te pasarás años de tu vida con alguien para romper de una forma súper dolorosa. Otro consejo es que no puedes forzar a tu pareja a cambiar sus valores ni sus aspiraciones, al menos en el 99,99% de los casos”, reflexionan Carlos y Macarena (28 años y 27 años respectivamente, 7 años de relación).
“Hay que dar las gracias y considerarte privilegiado por estar con tu pareja. Tienes que admirarla y no dar por sentado lo básico. A veces nos acostumbramos y dejamos de cuidar a la persona que tenemos al lado. Eso mata la pasión, mata la confianza, mata la intimidad… Lo mata todo”, aseguran Izan y Pablo (33 años y 29 años, 8 años de relación).
Elena y Ricard (28 y 30 años, 7 años de relación) señalan lo importante que es interesarte por tu pareja. “Si tu pareja curra en un supermercado, en una librería o en un hospital, pregúntale qué tal ha ido su día e interésate como si te estuviese contando la cosa más interesante del mundo. Al principio esto nos sale natural, pero luego se nos olvida. A veces incluso ponemos el piloto automático. Ignoras lo que te está diciendo la otra persona porque es parecido a lo de todos los días, y eso duele mucho. Nosotros seguimos haciéndonos preguntas y conociéndonos aunque hayan pasado siete años porque hemos cambiado y disfrutamos redescubriéndonos”.
Miriam y Lucas (29 años y 31 años respectivamente, 9 años de relación) ponen sobre la mesa la importancia de las responsabilidades compartidas en la convivencia y del sexismo a la hora de repartir las tareas. “Cuando te vas a vivir con tu pareja es cuando o todo fluye o se va a la mierda. Ahí ambos tenéis que poner de vuestra parte para que nadie cargue con más responsabilidades del otro. También son importantes las responsabilidades invisibles, que son esas cosas que no se ven pero que hay que hacer como acordarte de que se ha acabado la pasta de dientes, limpiar de vez en cuando la nevera, quitar el polvillo de los rodapiés… Si siempre lo hace uno, acaba saturado. Hay que tener comunicación y empatía. Y si sois una pareja hetero, analizar el machismo porque muchas veces acaba siendo ella quien carga con la responsabilidad del hogar”.
“Si llevas muchos años con alguien inevitablemente cambias. Tus gustos, tu forma de afrontar la vida, tus intereses… Es normal. Y tu pareja, también cambia. Ambos vais a vivir ese proceso y es duro. Da mucho miedo que tu pareja te deje de querer o que la relación cambie a peor cuando por ejemplo le dan un trabajo nuevo y conoce mucha gente increíble, o si se tiene que mudar unos meses fuera, o si de repente está pasando un mal momento. Son situaciones muy complicadas pero toca afrontarlas con apoyo, hablando las cosas y teniendo muy presente que el cambio, si se afronta como es debido, siempre es para mejor”, recalcan con optimismo Luis y Marcos (29 años ambos, 6 años de relación).
Para rematar, quiero compartir mi consejo: no necesitas tener una pareja ni para ser feliz ni para sentirte completo. Si prefieres la soledad a la vida en pareja o si disfrutas más con otro tipo de vínculos como la familia, la amistad o las relaciones sexuales casuales, no pasa nada. Vivimos en una sociedad en la que todo gira alrededor del amor romántico, pero hay otras formas igual de válidas y enriquecedoras de vincularnos. Y no olvides que lo más importante es construir una relación feliz y duradera con la persona que va a estar siempre a tu lado: tú. Esa es la antesala para que cualquier otra relación venidera funcione.