Cuando tenía dieciocho años, escuché por primera vez a alguien desear que su pareja fuese “virgen”. Algo dentro de mí sabía que esa frase estaba mal, pero no entendía muy bien por qué. Ahora, muchísimo tiempo y una carrera de Psicología después, algunas personas me han confesado en terapia que el pasado sexual de sus parejas les genera inseguridad. “Ojalá no hubiese estado con nadie”, afirman, “me gustaría ser el primero y el único”. Ya sé por qué este pensamiento me incomodaba con dieciocho años: porque es una señal de posesividad, inmadurez y egoísmo hacia nuestra pareja.
Tu pareja no es una muñeca embalada que tú abres y usas por primera vez, es un ser humano con un pasado afectivosexual que no define su valor.
A veces la lista de ex (exnovios, exligues, expolvos de una noche…) es más larga y compleja, y otras veces más corta y sencilla. Pero que te moleste la cantidad de gente que la conforma dice más de ti, que de tu pareja.
Concretamente, dice que sufres celos retrospectivos, es decir, un sentimiento de inseguridad ante las experiencias que tu pareja ha vivido cuando no estabais juntos. ¿Por qué? Normalmente, por miedo a que haya alguien mejor en la cama o que un ex le tratase mejor. En otras palabras, te asusta que te compare con otras personas y salgas perdiendo, y esa inquietud es normal, somos humanos y podemos sentir celos, lo dañino es tu forma de gestionarlos.
Los celos retrospectivos deben ser un motor de crecimiento, es decir, una emoción que nos impulse a ser una mejor pareja. Conocer el pasado afectivosexual de tu pareja te puede enseñar qué es lo que falló en otras relaciones: cómo le trataba un ex tóxico, qué fue mal en su primera relación sexual, las cosas que tu pareja no está dispuesta a tolerar en una relación, etc. Utiliza toda esta información para ser un mejor novio o novia.
El problema surge cuando los celos retrospectivos nos hacen actuar de forma posesiva. Por ejemplo, enfadándote con tu pareja por haberse acostado con mucha gente, diciéndole que fue tonta por salir con cierta persona o culpabilizándola por las decisiones amorosas o sexuales que tomó en el pasado. También es posesividad desear que tu pareja fuese “virgen”, y pongo el término entre comillas porque el concepto de virginidad es una gran mentira.
Una cosa es sentir rabia porque tu pareja ha tenido experiencias sexuales muy traumáticas. En ese caso, es normal desear que no hubiese pasado por eso. Sin embargo, es muy diferente (y desgraciadamente mucho más normal) desear que tu pareja no haya tenido sexo placentero con nadie salvo contigo.
Desear que tu pareja sea “virgen” implica ciertas dinámicas:
Si te sientes identificado con estas dinámicas posesivas, inseguras y egoístas, no te resignes. Mereces sentirte seguro en la relación, mereces desarrollar una autoestima sólida y mereces disfrutar de un amor generoso. Si no eres capaz de superar los celos retrospectivos y estás sufriendo (o estás haciendo sufrir a tu pareja), pide ayuda psicológica profesional.