El pasado es pasado, o al menos así debería suceder en un mundo ideal. Tenemos la tendencia a rumiar compulsivamente lo que sucedió ayer y a anteponernos a lo que sucederá mañana, ignorando por completo el momento presente. Esto no sólo nos afecta de forma individual, sino que puede perjudicar nuestra relación de pareja cuando la obsesión con el pasado va acompañada de celos, inseguridades y discusiones. Así es el día a día de Carolina, una chica de 25 años que no sabe cómo lidiar con este gran problema que, por desgracia, afecta a muchas personas. Hoy analizaremos su caso y veremos varias pautas para gestionarlo.
"Conocí a mi novio hace un año, pero fuimos simplemente amigos hasta que un día acabamos besándonos de fiesta y luego ya la cosa se puso seria. En total llevamos siendo pareja 8 meses y teóricamente deberíamos estar en nuestro mejor momento, pero hay un tema por el que siempre discutimos y a mí me lleva por el camino de la amargura.
Yo nunca le he dado motivos para desconfiar. Siempre estoy pendiente de él intentando hacerle feliz y le quiero un montón. No le oculto nada, ni mis amistades ni siquiera mis conversaciones de WhatsApp. El problema es que está obsesionado con mi pasado.
Cuando empezamos a ser pareja él me preguntó por mis anteriores relaciones. En el fondo él sabía que yo había estado con más chicos porque estábamos en el mismo grupo de amigos y habíamos salido juntos algunas veces, pero quería que le contase detalles. Me pareció algo inocente y que podía servirnos para conocernos mejor, pero no fue así.
Me saca cada dos por tres estos temas y cuando salgo de fiesta se pone muy nervioso por si puedo ver a alguno de mis anteriores rollos, cuando con la mayoría ni siquiera me hablo y con los otros me saludo en plan “hola y adiós”. También le pillé una vez cotilleándome el móvil. No encontró nada, obviamente, pero me dolió un poco porque si me hubiese preguntado yo se lo habría enseñado. No hay necesidad de hacerlo a las espaldas.
Dice que todo es por su inseguridad, pero de vez en cuando se enfada porque según él con mis anteriores rollos hacía más cosas o era más desinhibida en el sexo y que a él no le doy tanto, algo totalmente falso. En el fondo sé que son excusas para discutir por sus celos y sus inseguridades y no sé cómo manejar toda esta situación porque le quiero y es buen chico, pero esto me está torturando".
Nadie tiene derecho a interrogarnos sobre nuestro pasado, ni nuestra pareja actual, ni nuestros padres ni nuestros amigos. Lo que hacemos o dejamos de hacer con nuestro cuerpo es algo privado que no tenemos por qué compartir con los demás. Si aun así decides contar a tu pareja lo que hiciste antes de conocerle porque quieres que conozca esa parte de tu vida, debes tener claro que:
Por mucho que quieras a tu pareja, a veces el amor no puede con todo. Convivir con alguien posesivo, celoso y que constantemente te interroga por tu pasado puede acabar destrozando tu salud psicológica. Al fin y al cabo, estamos ante una forma de maltrato psicológico a la que debemos poner freno ante la más mínima señal.
El 99% de las parejas que se han adentrado en esta dinámica de celos y control han acabado cortando. Posteriormente, la persona posesiva suele mantener esta conducta en sus siguientes relaciones, y la persona que ha sido víctima de la posesividad acaba sufriendo en muchos casos problemas de ansiedad, falta de autoestima y síntomas depresivos.
Si tu pareja se comporta así, la solución no es que tú le des explicaciones una y otra vez por tu pasado. Si justificas tu conducta una vez, tendrás que hacerlo mil veces más. Inevitablemente acabarás contando cosas que no quieres compartir y pidiendo perdón por cosas que hiciste siendo libre. Lo que tu pareja debe hacer es ponerse en manos de un psicólogo para superar sus celos y dejar de echarte en cara cada detalle de tu vida anterior.