Todos tenemos una postura sexual favorita, no pasa nada por reconocerlo, pero una cosa es disfrutar más y otra depender de ella para alcanzar el orgasmo. “Solo tengo un orgasmo si estoy yo encima”, compartía Elisa, de 21 años, con Yasss. Lo mismo le ocurre a Javi, de 27 años: “para correrme, necesito la posición del perrito, si no es imposible”, confiesa. En el caso de Irene, de 32 años, la postura estrella es ella debajo, y para José Ángel, de 22, haciendo la cucharita. Todos ellos tienen un mismo problema, y es que cuando no recurren a esas posturas en concreto, el orgasmo desaparece.
El placer, como todos los fenómenos que ocurren en nuestro cuerpo, está influenciado por tres factores: biológicos, sociales y psicológicos.
Vamos a centrarnos en estos últimos factores, los psicológicos, analizando más a fondo aquel que explica por qué solo tienes orgasmos en una postura concreta: el condicionamiento clásico.
Se trata de un proceso de aprendizaje en el que asociamos un estímulo con una respuesta. En otras palabras, cuando siempre tienes sexo en una postura concreta, puedes asociar el orgasmo a esa postura y no al hecho de tener sexo.
Esto ocurre también con la masturbación cuando nos acostumbramos a ver porno y después cuesta más disfrutar en la vida real, o cuando usas siempre un juguete erótico, pero un buen día ligas con alguien y tardas mucho más en lograr el orgasmo que a solas.
Al igual que aprendemos a asociar el orgasmo a una postura, también podemos aprender a disfrutar de otras formas más diversas. Esta es la base de una técnicas llamada recondicionamiento orgásmico.
Para ponerla en práctica, tienes que comenzar a asociar poco a poco el orgasmo a otro tipo de técnicas. ¿Cómo?
En cualquier caso, la clave es la comunicación empática. Habla con tu pareja, explícale tus inseguridades y dejad de activar un temporizador mental cuando tenéis sexo. Si tardas más en lograr el orgasmo cuando pruebas nuevas posturas, no te machaques, te agobies o te metas prisa. Disfruta del proceso sin pensar tanto en el resultado.