Un tesoro ha sido encontrado en una aldea de Lugo. El tesoro eso sí, ya tiene poco valor. Aunque parezca mentira, ha caducado. El comprador de una casa en A Pousada comenzó a restaurarla y fue encontrando una fortuna oculta en botes de cacao. Hasta nueve millones repartidos por todo el edificio, pero en pesetas. La casa llevaba cuatro décadas “prácticamente cerrada”, así que Toño, que se dedica a la construcción, se puso poco a poco a restaurarla. La alegría porque “era un buen dinero para los arreglos” se ha tornado en decepción, porque, aunque pudo cambiar parte de esos, otros tendrá que quedárselos. En total, son cuatro los millones de pesetas que no podrá cambiar, según adelantó El Progreso.
Los últimos billetes, de 5.000 pesetas, son de 1979, por lo que espera que, al menos, los coleccionistas puedan pagar por este dinero encontrado en botes de Nesquik que, además, iban apareciendo poco a poco en diferentes lugares: “Imagino que los guardaban ahí para evitar la humedad, Algunos estaban en mal estado, pero los últimos, por ejemplo, estaban perfectos: era increíble”.
La casa, que cuenta con otras dependencias, como una bodega y un horno, pertenecía a Manuel do Xentes, un hombre que trabajaba en la fábrica de cerámica y ladrillos de Canabal y que también era tratante de ganado. "Iba vendiendo vacas por las ferias de la comarca, desde Chantada a Quiroga, y siempre iba andando". Estaba casado y murió sin herederos directos, según comentan a El Progreso sus vecinos. Como curiosidad, las mismas fuentes apuntan que el hombre tenía una máquina para dar sulfato "que cuando se la abrieron para arreglar vieron que estaba llena de billetes, pero se los devolvieron".