Desde hace meses se lleva hablando a nivel mundial de un posible apagón eléctrico. Primero fue el Gobierno de Austria que alertó a su población del peligro de que se produjese un apagón eléctrico a escala europea. Sin embargo, tras el estallido de la guerra de Ucrania y las amenazas, cada vez más reales, de Rusia ya son varios los países que temen esta posibilidad. Alemania ha sido el último país a escala europea que se ha sumado a las recomendaciones hacia sus ciudadanos para que lleven a cabo un aprovisionamiento de comida y bebida para 10 días.
El aviso del gobierno austriaco, la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia hacen temer el riesgo de una posible crisis de suministros o apagón a nivel mundial. Un hipotético caso en el que nos falte la energía supondría desabastecimientos de alimentos y suministros de los supermercados, por ello la ministra de Defensa austriaca, Klaudia Tanner, lanzó una campaña de concienciación y preparación a su población para que la situación que vaticinan les pille prevenidos y preparados.
Por eso, desde Austria se pedía a todos sus ciudadanos que tuviesen en sus hogares elementos necesarios para poder sobrevivir a un apagón a nivel mundial:
Tras estas recomendaciones, los expertos han asegurado que este hipotético apagón es posible pero no probable. Uno de ellos ha sido el profesor del área de Empresa de la Universidad Europea de Valencia y experto en suministro energético Roberto Gómez-Calvet. "No he llegado a entender ese mensaje, está fuera de contexto. Los reguladores eléctricos de Europa son los mejores del mundo", opinaba el académico acerca de la alerta lanzada por las Fuerzas Armadas austríacas.
Gómez-Calvet apuntaba que en España existen diversos mecanismos para que, en caso de un desabastecimiento energético, este no llegue a concretarse en un apagón generalizado en las ciudades o en los hogares.
Uno de ellos son los llamados contrato de interrumpibilidad y que afectan a los grandes consumidores energéticos, como fundiciones o cementeras, por ejemplo, que compran la electricidad más barata que los consumidores individuales porque "tienen un compromiso de que si hay necesidad interrumpen su actividad", explicaba el experto, que también defendía que esas restricciones no afectarían en ningún caso a los hogares, porque "sería muy complicado de gestionar".
Por otro lado, también señalaba que España ha estado quemando carbón durante décadas y, a pesar de que la gran mayoría de las centrales nacionales de este tipo ya han sido desmanteladas, en caso de necesidad extrema se podrían poner en operación en "un par de días" alrededor de cinco gigavatios hora de energía procedentes de esta fuente.
Asimismo, subrayaba que en caso de que se produzca un desabastecimiento de gas derivado de los cambios en el suministro desde Argelia debido a su tensión política con Marruecos, España cuenta con unas reservas estratégicas de gas para abastecer la demanda durante alrededor de 20 días.