Johnny Depp y Amber Heard tuvieron una relación tóxica que parece sacada de un manual de psicología. En el juicio que sigue su curso con cobertura mediática en vivo y directo han salido a relucir las peleas y discusiones constantes, violencia, reproches e insatisfacción mutua que contaminaron el matrimonio de los dos actores hasta convertirlo en un infierno.
En nuestras vidas sentimentales, más anónimas, también puede ocurrir que vivamos la experiencia de una relación tóxica, incluso, sin darnos cuenta. Los especialistas explican qué es este vínculo sentimental, cómo enfrentarlo y por qué a veces repetimos esa relaciones tóxicas de pareja.
Las relaciones tóxicas entre parejas de famosos, como Johnny Deep y Amber Heard son bastante frecuentes, como nos dice Fernando Pérez del Río, Doctor en Psicología y coautor de Amor en Cortocircuito, edit Nau Llibres 2021, que nombra a los conocidos pintores mexicanos Frida Kahlo y Frida Kahlo Diego Rivera o, a nivel de amistad, a los pensadores existencialistas franceses Albert Camus y Jean Paul Sartre, como relaciones tóxicas y apunta al tándem Deep-Heard, otro ejemplo paradigmático.
"La atmósfera en la que viven personajes tan ensalzados socialmente suele ser propicia para que la relación no funcione. Aspectos particulares, como el alcoholismo en este caso, solo sirven para complicarlo todo aún más. La tormenta, en todo caso, es la misma. La diferencia entre un famoso rico y un pobre ignorado por el mundo o alguien que vive en el alambre de la pobreza es que el pobre, generalmente, solo puede equivocarse una vez."
Las relaciones tóxicas de pareja son más frecuentes de lo que pensamos y no hay que ser Johnny Deep ni Amber Heard para vivir un vínculo de este tipo. A veces muchas personas sufren estas experiencias sin darse cuenta del escenario sentimental que está arruinando sus vidas, ni qué rol juegan en su relación amorosa.
Los especialistas definen las relaciones tóxicas como esas que comienzan un día a hacer sentir al otro u otra, incomodidad consigo mismo al no cumplir las exigencias del otro. Una pareja que no para de discutir, hay desconfianza, y reproches constantes.
Es una relación en la que una o ambas partes sufren, más que pasarlo bien o disfrutar, por el hecho de estar juntos. Los miembros sufren un gran desgaste emocional cuando buscan todo el tiempo convencerse a ellos mismos que pueden salvar esta unión, a pesar de que viven el día a día como en una trinchera en la que cada palabra es un proyectil lanzado contra el otro.
"Una pareja tóxica se da cuando uno de los dos o ambos están sometidos a desgaste y sufrimiento emocional; es verdad que en todas las relaciones puede haber cierto desgaste emocional, pero en este caso el sufrimiento es bastante mayor que el placer de estar juntos. La llamamos tóxica, porque es una relación de dependencia entre ambas personas. Normalmente hay uno que tiene el rol dominante y otro que tiene el rol sumiso. el que tiene el rol dominante también tiene una situación de dependencia, porque necesita de alguien a quién dominar. El que tiene el rol sumiso suele tener una relación de dependencia, porque normalmente lo tiene idealizado o piensa que es una persona imprescindible para que su vida vaya bien." Así lo explica Mercedes de Lucas, con 20 años de experiencia en asuntos de Psicopatología, que nos habla de personalidades propensas mantener relaciones tóxicas.
Cuando nos conocimos no era así. Muchas veces decimos esto cuando la evolución de una relación amorosa ha ido por un mal camino y se ha convertido en un vínculo que no nos aporta placer. Y es cierto, una relación tóxica comienza como cualquier otra, cuando cada una de las partes muestra lo mejor de sí, nos seducen o seducimos.
Después las relaciones cambian y podemos encontrarnos en medio de una relación tóxica. ¿Hay gente predispuesta para evolucionar a la toxicidad? Sí las hay y esas son "personas más emocionales y con baja autoestima", según la especialista.
Son "personas con personalidad muy emocionales, narcisistas, por lo general en el rol dominante, también personas pasivo agresivas, que no dicen las cosas claramente, sino que van poniendo una resistencia y crean un tipo de comunicación raro; las personas dependientes también pueden car en estas relaciones porque al tener muchas ganas de complacer a los demás, algo que percibe la persona dominante que busca ese rol. A veces se buscan personalidades complementarias y alguien con personalidad un poco narcisista busca alguien muy empático."
El profesor Fernando Pérez del Río habla directamente de los psicópatas o personas con rasgos psicópatas y niega rotundamente que existan personas tóxicas. Incluso personas que han vivido relaciones complicadas y tormentosas pueden rehacer su vida con otro, excepto -subraya- "los psicópatas, que mantienen relaciones instrumentales, más que amorosas" con una absoluta carencia de emociones en las que impone "un código moral exclusivo que le permite controlar las relaciones a su antojo". "Es frecuente que un psicópata, cuando se aleja de su pareja, culpe a esta de que las cosas vayan mal; por mucho que ella se esfuerce en mejorar la relación, obviamente no lo conseguirá, y así hasta el infinito", asegura.
Lo peor es cuando la relaciones se suceden y alguien descubre que vive el día de la marmota en un círculo vicioso de toxicidad siguiendo un patrón que más parece una maldición. ¿Por qué hay gente predispuesta a repetir las relaciones tóxicas a pesar de cambiar de pareja?
"Si no haces terapia tu ex se te aparece en el cuerpo de otra persona, digo hacer terapia, pero me refiero a hacer una profunda reflexión o haber cicatrizado la herida de esa relación. Nosotros desde la infancia hemos aprendido una forma de apego y también vemos cómo se han relacionado nuestros padres. Puede ser una persona que ve cómo uno de sus padres trata mal al otro (la madre al padre o viceversa). "Son roles intercambiables. Si esto ocurre delante de los hijos, "estos repetirán ese patrón aprendidos desde la infancia".
Roles en las relaciones: la infancia y lo vivido es clave
Hay situaciones que se mimetizan. "Una mujer que trata muy mal a su marido delante de los hijos, a lo mejor el hijo cuando se encuentre con una chica que no lo trate bien para él eso esa es su zona de confort, porque es lo que ha vivido. Y al revés, se puede sentir muy raro con una mujer que lo trate muy bien, porque no está familiarizado con eso, no lo ha vivido y lo otro lo tiene normalizado".
Son patrones aprendidos desde la infancia de perfiles que no conocen otra forma de relacionarse. A veces cuando decimos "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", es que a veces eso es lo que elegimos en las relaciones. Cuando se termina una relación está bien hacer una reflexión, pero a veces no damos tiempo a curar las heridas y nos lanzamos a otra persona sin hacer esa reflexión y cometemos los mismos errores".
Hay que reflexionar y curar las heridas, si puedes hacer psicoterapia es muchísimo mejor, porque los patrones se repiten si nos dejamos llevar por nuestra zona de confort".
Fernando Pérez del Río coincide con que la mochila de nuestro pasado desde la infancia es una referencia de nuestros comportamientos de adultos sin que seamos conscientes de ello. Los esquemas heredados de la infancia o derivados de la educación de nuestros padres se incorporan a nuestras vidas adultas repitiendo el esquema, especialmente en las relaciones íntimas.
"La mayoría de las personas no es consciente de los esquemas psicológicos previos que utilizan para favorecer una relación tóxica. Casi siempre vemos que las pautas bajo las cuales han sido educadas las personas determinan su comportamiento amoroso con los demás; casi siempre encontramos restos narrativos del pasado que explican, o al menos aclaran, aspectos negativos que ponemos en juego a la hora de relacionarnos con otros, especialmente en lo tocante a relaciones íntimas: maltrato, acoso, padres autoritarios, enfermedades mentales mal diagnosticadas o no diagnosticadas en absoluto, personas muy protegidas, vínculos ansiosos de apego, etc. De modo que al final nos enfrentamos a diferentes combinaciones: uno que sufrió el agobio de un padre dictador repite el esquema y encuentra a una persona que, quizás por el motivo contrario, anhela ser mandada. Pero ninguno de los dos vivirá del todo a gusto dentro de esta relación.
Se puede vivir dentro de una relación tóxica sin saberlo, sin darse cuenta de que estás siendo un sumiso o un dominante, de que la insatisfacción ha ido en un in crescendo y de lo más importante, que no eres feliz con esa persona. A pesar de todas esas sensaciones, ni siquiera se te ocurre pensar que la relación que mantienes con tu pareja es de la que estamos hablando en este artículo, una relación tóxica de manual.
Para evitarlo, de Luca, recomienda escuchar a las personas más cercanas, de nuestro entorno, que son más conscientes de lo que pueda estar ocurriendo al verlo con mayor distancia y objetividad si estamos en una relación de pareja tóxica. "Tiene que escuchar a los que tenemos alrededor que nos quieren, cuando te digan 'esta relación no lo veo, te están faltando el respeto', porque cuando estás en una relación tóxica es muy difícil verlo, hay como una ceguera. Lo más probable es que intentemos disculparlo y a justificarlo, apunta la especialista en Psicopatologías."
En el caso de Johnny Deep y Amber Heard, que se conocieron en un rodaje en 2011 y terminaron casándose en 2015 para divorciarse dos años después, la relación tóxica pudo más que todo. pero ¿ las relaciones tóxicas se pueden salvar o siempre terminan como la de estos dos actores?
Fernando del Río y Mercurio Alba invitan en 'Amor en cortocircuito' a ver el conflicto como una oportunidad de entender por qué ocurre. En estas situaciones las parejas intentan muchas soluciones. "El profesor del Río alude al poder del amor con una frase de Ricardo Becerro de Bengoa, director del Diario Palentino dijo hace ya un siglo para responder a esta pregunta de si podemos rehabilitar una relación de pareja tóxica: “No podemos hacer grandes cosas, pero sí pequeñas cosas con un gran amor”.
"Hay algunos trucos y técnicas que funcionan en las relaciones, como el vaciado emocional: tratar de compartir al día lo que se siente sin ser juzgado por el otro miembro de la pareja. Quizá entonces sea posible evitar, entre otras cosas, el efecto Zeigárnik, llamado así por la psicóloga rusa que descubrió que “las cosas negativas no se olvidan fácilmente”, es decir, que por la cuenta que trae a las parejas, es más recomendable ir solucionando los conflictos antes de que estos se vayan guardando en el zurrón de la memoria. "Es recomendable fomentar el tres en las parejas, lo común, ni tú ni yo, sino lo que construimos entre los dos."
El profesor recomienda para rehacer una relación que se ha vuelto tóxica es fomentar la pareja como un 'nosotros' frente "al goce individualista". "Respetando la singularidad subjetiva y no llegando a la enfermedad del amor propio y al cultivo solitario y exclusivo del propio jardín. Beethoven solo conocía un índice de superioridad moral: la bondad. “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”, apunta el profesor Fernando del Río citando Ética a Nicómaco, Aristóteles.