El viernes 12 de marzo, se estrena el documental francés 'Una niña' (en francés, 'Petite Fille') que cuenta la infancia transexual de Sasha. Una complicada y dura travesía por la que pasan muchas familias llevada al cine y dirigida por el cineasta francés Sébastien Lifshitz.
Al preguntarles por el cole algunos niños lloran pero no como Sasha. Sus lágrimas no son un capricho si no el precio a pagar por un error del que no es culpable: nació atrapada en un cuerpo de niño.
"Ella vive en un universo muy femenino, muy rosa pero que es un universo secreto. Nadie del colegio ha entrado en su habitación a jugar con ella, en cierto modo tiene una infancia confiscada. Pero ella sigue adelante, para ella no es negociable", expresa su director Sébastien Lifshitz, que ya en febrero fue distinguido con el Premio Honorífico del festival de cine y artes escénicas gaylesbitrans de Bilbao 'Zinegoak', en su 18 edición.
En su lucha, a Sasha, de 7 años, la apoya su familia y una madre coraje dispuesta a allanarle un camino lleno de obstáculos porque tal y como demuestra el documental francés, los mayores no se lo ponemos fácil a los niños transgénero.
El documental es un retrato de nuestra sociedad, que lejos de garantizar la felicidad de esta pequeña, la martitiriza: gente, leyes, instituciones inflexibles e inhumanas.
Según muchos críticos, se trata del mejor documental del año, una oda a la fortaleza de los más frágiles, una invitación a que salgamos de nuestra burbuja.