Antonio Muñoz Molina: “Tenemos unos dirigentes políticos de una bajeza y de una incompetencia escalofriante”
Acaba de recibir el prestigioso Premio Médicis y su editorial Seix Barral reedita el cuento 'El miedo de los niños', una sobrecogedora historia de su niñez que encierra “su núcleo de identidad”
El autor no entiende cómo un país que está pasando por la mayor crisis del siglo tiene unos dirigentes que sólo fomentan una “atmósfera de enfrentamiento grosero, brutal y permanente“
Si hay algo que define a Antonio Muñoz Molina es la valentía. Hombre de silencios e intensidades, es un placer escuchar las reflexiones claras, concisas y sin tapujos sobre la triste realidad que vivimos desde hace un año. Está enfadado, pero no con el mundo, sino con los que lo hacen más feo, inhóspito y poco “vivible”. Como maestro del detalle que es, sigue deambulando por las calles de la ciudad observando, buscando material literario para su próximo libro.
Pregunta: Le acaban de dar el Premio Médicis por su libro Un andar solitario entre la gente (Editorial Seix Barral), donde nos encontramos con esa idea de registro, de recoger lo que va viendo. ¿Qué percibe en estos tiempos de virus y confinamiento?
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Respuesta: Cuando empezó la pandemia hubo mucha prisa. Había una especie de filósofos que interpretaban lo que estaba pasando y a mí me llamaba mucho la atención el aplomo con el que teorizaban y predecían tal y tal cosa. Por eso he sentido y siento la necesidad, casi morbosa, de fijarme en cosas concretas, de salir con los ojos bien abiertos a la calle. Este es un tiempo muy raro que va a pasar y se va a olvidar y puede que no se aprenda nada, por eso creo que es muy importante que los que vivimos las cosas dejemos testimonios de ellas.
P: ¿Lo que más duele?
R: La terrible desigualdad entre los que sufren y los que trabajan. Hay gente que está muriendo en residencias, personas muy enfermas en hospitales, trabajadores sanitarios que se están dejando la vida con sueldos basura e insensatos que no se toman en serio las normas y ves que tienen una irresponsabilidad escalofriante. Y luego unos dirigentes políticos de una bajeza y de una incompetencia…
P: ¿Qué es más destructivo ahora mismo, la política o el virus?
R: La política. Cómo un país que se encuentra en la peor crisis de su historia desde hace un siglo tiene unos dirigentes que han creado una atmósfera de enfrentamiento grosero, brutal y permanente. Incapaz de llegar a acuerdos fundamentales para poner remedio a lo que estamos viviendo. Es un escándalo que, creo, no se debe olvidar nunca. Mira el Parlamento... ¿De qué están hablando?... ¿Qué están haciendo? Intercambiando insultos, intercambiando gracietas. ¡Es bochornoso!
La realidad diaria vuelve una y otra vez a esta conversación, un encuentro que lo propició no sólo su reciente Premio Médicis sino también la reedición del cuento El miedo de los niños. Un regalo de la editorial Seix Barral a sus lectores con una historia que encoge el alma. Un relato terrorífico centrado en una ciudad de la posguerra que nació una noche de insomnio y que es casi casi un recorrido por los recuerdos de su niñez en Úbeda. "Es una historia que he tenido siempre en la cabeza. Fui niño a principios de los años sesenta y había una leyenda que circulaba en la escuela. De pronto uno decía, -han llegado los tísicos- y sentíamos mucho miedo ante nuestras propias fabulaciones".
El núcleo de lo que soy, de mi sensibilidad, de mi niñez está el cuento 'El miedo de los niños'
En la historia que protagonizan dos niños, Estaban y Bernardo, con poliomielitis. Ambos comparten la leyenda de los tísicos que bajaban de los sanatorios de la sierra a robar sangre de niños. Muñoz Molina recrea casi casi al detalle la calle de Úbeda donde vivió. ”Es una historia tan poderosa, estaba tan conectada a mi propia sensibilidad, a mi memoria infantil… Cada uno de los elementos que hay en el cuento son reales. Mi calle se llamaba Fuente de la Risa, también había una panadería y un amigo que utilizaba aquellas botas de la polio con aquellos hierros. Era enternecedor. Todos tenemos un núcleo de identidad. El núcleo de lo que soy, de mi sensibilidad, de mi niñez está en este cuento. Aquellas narraciones orales tenían una riqueza narrativa extraordinaria. Esta historia me arrebató completamente".
Pregunta: Es un especialista en miedos retrospectivos. Este cuento, Un andar solitario entre la gente, la magnífica Tus pasos en la escalera... En todas el miedo es el hilo conductor.
Respuesta: El temor viene de la conciencia del valor de lo que tenemos, de la fragilidad de las cosas y de un mundo en el que hay unas fuerzas desatadas tremendas cuya finalidad es destruir, si fuera necesario, la naturaleza y hasta el planeta en beneficio de compañías petrolíferas o tecnológicas. No es un miedo subjetivo, es la constatación de un hecho. Luego hay otros miedos, otros monstruos como el que aparece en el cuento. Esos adultos sombríos que vulneran a los niños y que tristemente pasa con mucha frecuencia.
P: Para Bruno, el protagonista de Tus pasos en la escalera, la biblioteca "era un almacén de víveres para la espera del fin del mundo". ¿La lectura fue su refugio durante el confinamiento?
R: Lo es siempre por esa capacidad de evasión. Lo que la pandemia nos ha enseñado es que podemos vivir sin muchas cosas y que además el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos, a nuestros nietos va a ser un mundo en el que la gente va a renunciar a muchas cosas superfluas y algunas convenientes porque simplemente este nivel de destrucción de la naturaleza no puede durar mucho.
No nos podemos permitir el lujo de ser nihilistas
P: El historiador Antony Beevor sostiene que el cambio climático va a acabar este siglo con la democracia en Europa.
R: Es un hecho cierto con este modelo económico que se ha creado. Si la humanidad sigue con este nivel de consumo necesitaremos tres planetas Tierra. Luego existe una paradoja terrible. El cambio climático ya está sucediendo y la gran paradoja, la paradoja tristísima es que los menos responsables, los que menos culpa tienen, los que menos han consumido porque son pobres son los que lo están sufriendo. Mira la situación terrible en Nicaragua, en Centroamérica. Acaban de sufrir un huracán tremendo y ya tienen otro. Ves Filipinas, el Sahel, ves esa cantidad de gente que se tira al mar y se expone a ahogarse para llegar a Lesbos, a Canarias porque la sequía producida por el cambio climático hace la agricultura imposible en esos lugares. Es todo una gran injusticia, pero no nos podemos permitir el lujo de ser nihilistas. Hay cosas que hay que hacer por nuestros hijos, por nuestros nietos.
Biden representa una cosa muy importante: es un hombre que no tiene dinero y además es decente
Pregunta: Al menos Joe Biden no es un negacionista del cambio climático. ¿Qué le parece el nuevo presidente de Estados Unidos?
Respuesta: Biden representa una cosa que es muy importante. Es un hombre que no tiene dinero. Es un político que, a diferencia de los Clinton o los Obama, no tiene relación con la gran riqueza del mundo. Biden era un nombre que cuando terminaba en el Senado o en la Casa Blanca se cogía un tren y se iba a su casa. Es una persona decente. No ha dado conferencias en Wall Street por 200.000 dólares como Hilary Clinton, por ejemplo. Una parte de su éxito es que no provoca el mismo rechazo que provocaba Hillary entre los progresistas por sus conexiones con los poderosos del mundo. Sí, Biden es un tipo decente.
P: En Francia, la Academia y el jurado del Premio Goncourt, uno de los más prestigiosos del país, han decidido aplazar indefinidamente la concesión del galardón para protestar contra el gobierno por el cierre de las librerías. Esto aquí sería impensable.
R: España es un país en el que la cultura en el sentido más amplio, incluyendo la educación, la investigación científica nunca ha tenido prestigio social y no es una prioridad para nadie que esté en el poder. Ni lo es ni lo ha sido. Tenemos unos de los porcentajes más bajos del PIB en investigación científica, un 1,2 por ciento. Y ahora lo que se plantean es otra ley de educación apresuradamente y de toda esa ley lo único que se debate es si el castellano es vehicular. Todo me produce un asombro y una tristeza enormes.
Me leo todas las transcripciones de las escuchas del ex comisario Villarejo
P: Porque todo se basa en la inmediatez, ¿no cree?
R: Lo fundamental es la falta de una solidez básica de las cosas. En España lo que hacen las instituciones es un tejer y destejer. Tenemos dificultad para crear cosas duraderas de ahí la penuria institucional.
P: En uno de sus últimos artículos decía que no hay texto literario más explosivo que las conversaciones literales del excomisario Villarejo en las cloacas del poder. Me impactó esta frase.
R: Me leo todas las transcripciones de las escuchas cuando las publican en los periódicos. Es una cosa tan degradada... la vulgaridad horrorosa de la gente que participa... aquellas bolsas de basura llenas de billetes de quinientos euros. Es todo de una zafiedad… esas cosas que se dicen unos a los otros… Imagino cómo se puede hacer una novela con este material tan barato, tan ordinario. Tristemente veo que es una parte de la realidad que tenemos.
Pese a ese tono pesimista de esta entrevista, en el encuentro ha habido más risas de las aquí descritas. Le pregunto si piensa en “reformarse”, esa palabra portuguesa que tanto le gusta y que significa jubilación. Afortunadamente no está en su cabeza. Y le dejamos en la calle, en ese deambular solitario entre la gente.