Alec Baldwin ha asegurado que él "nunca apretó el gatillo" de la pistola con la que supuestamente mató de forma accidental a la directora de fotografía Halyna Hutchins durante el rodaje de la película Rust el pasado octubre. “Nunca apuntaría con un arma a nadie, ni apretaría el gatillo nunca", ha declarado el actor.
Alec Baldwin ha hablado por primera vez de la muerte de la directora de fotografía Halyna Hutchins durante el rodaje de su película y lo ha hecho en una entrevista para la ABC. "Alguien puso munición real en esa pistola, una bala que ni siquiera debía estar en el edificio", ha dicho en el avance de la entrevista. Lo cierto es que la policía halló en el estudio unos 500 cartuchos de munición, unos "cartuchos de fogueo, balas falsas y balas verdaderas".
Durante la entrevista, el actor y productor de la película Rust se vino abajo y empezó a llorar. "No me parece real". Era "querida y admirada por todos los que trabajaban con ella", ha dicho.
Las declaraciones de Alec Baldwin se producen justo un día después de que los investigadores del estado de Nuevo México (EE UU) ordenaran el registro de la empresa que suministró la munición y las armas para el rodaje de Rust. La policía trata de averiguar el origen exacto de la munición que entregó la empresa PDQ Arm & Prop LLC, una compañía de Albuquerque y cuyo dueño, Seth Kenny, dijo a las autoridades que recordaba haber visto una cargamento que "le llamó la atención" porque estaba etiquetado de manera inusual.
El propietario del negocio había trabajado anteriormente con el padre de Hannah Gutiérrez Reed, la joven de 24 años encargada de las armas en el rodaje en el que murió Halyna Hutchins. El padre de la joven si ha reconocido que en otros rodajes usó munición real para prácticas de tiro.
Recientemente, la supervisora del guion de la película, Mamie Mitchell, y el jefe de iluminación, Serge Svetnoy, presentaron demandas contra Baldwin y otros productores por poner en riesgo la seguridad de los empleados. Se dice que la producción de Rust era de muy bajo coste.
Algunos trabajadores del rodaje hablan de un trabajo precario en el que las quejas se amontonaban y que varios empleados dejaron su puesto el día de la muerte de Halyna Hutchins.