El trágico accidente en el que Alec Baldwin mató a la directora de fotografía Halyna Hutchins ha abierto el debate sobre quién es el responsable de esta fatídica muerte.
El padre de la víctima, Anatoly Androsovych, ha sido uno de los primeros en pronunciarse sobre el accidente en el que ha perdido a su hija de 42 años. Roto de dolor, el hombre ha querido dejar claro que Alec Baldwin no fue el responsable de la muerte de la directora.
Para él, los responsables son los miembros del equipo de armería de la película, que tenían que supervisar las armas, y que fueron los responsables de que al actor se le entregase un arma que estaba cargada.
Junto con sus declaraciones también ha salido a la luz la llamada al 911, el teléfono de emergencias de Estados Unidos, en el que la supervisora de guion pidió ayuda inmediata tras el accidente.
En la grabación, de poco más de tres minutos, se escucha cómo la mujer desesperada cuenta lo sucedido y no es capaz de aclarar si la pistola que se ha disparado es de balas reales o no.
Cuando su solicitud de ayuda estaba siendo procesada, se oye a la supervisora, Mamie Mitchell, muy nerviosa, hablar con alguien con quien estaba en el rodaje. En esos momentos se le escucha quejarse del ayudante de dirección, responsabilizándole de lo sucedido: “Este maldito AD [asistente de dirección] me gritó en el almuerzo preguntando por las revisiones. Se supone que debe revisar las armas. Es responsable de lo que pasó”, aseguraba, según recoge Russia Today.
La pistola con la que se disparó fue una de las tres colocadas por la armera de la película, Hannah Gutiérrez-Reed. Precisamente unas palabras de esta mujer antes del accidente han salido ahora a la luz y han sembrado la polémica en redes sociales.
La armera admitió que no estaba segura de estar lista para el trabajo en una entrevista antes de que comenzara el rodaje de la película: "Casi no acepté el trabajo porque no estaba segura de estar lista, pero al hacerlo, fue muy bien", señaló en una entrevista recogida por Daily Mail.
En la entrevista también confesó que lo "más aterrador" para ella era cargar espacios en blanco en un arma, ya que "no sabía como hacerlo". Para lograrlo había necesitado la ayuda de su padre, el legendario armero Thell Reed, que le ayudó a superar el miedo.