Lo primero que se nos viene a la cabeza es una marca de ropa. Acostumbrados a la bonachona y tranquila imagen, barbuda cara blanca incluida, de George R.R. Martín el icono superventas que ha convertido la fantasía épica en mainstream, Joe Abercrombie (Lancaster, 1974) en cambio no tiene un aspecto que entre en el canon de autor de fantasía. Aire juvenil, despreocupado, parece más un fan Juego de Tronos (en realidad la saga literaria se llama Canción de Hielo y Fuego) que un consagrado renovador del género que ha vendido cerca de cinco millones de ejemplares de su saga La Primera Ley. Nos recibe en vaqueros, camiseta de calavera, americana y mucho humor en una librería del centro de Madrid. Tiene por delante una larga jornada de firma de libros que repetirá un día después en Barcelona. Bajo su talante sonriente y barba pelirroja se esconde una retorcida mente para la violencia, la sangre, el sexo, la traición y en definitiva todos los bajos instintos humanos (en algunos casos terroríficamente de actualidad). Lo vuelve a intentar en 'Un Poco de Odio' (Runas, Alianza Editorial) el primero de una nueva trilogía ambientada 30 años después de la anterior.
En sus libros parece que la fantasía haya perdido la inocencia.
Bueno, cuando era niño me frustraba mucho la fantasía en la que los acontecimientos se narraban con cierto pudor, omitiendo el detalle de la acción. A mí me gusta que el lector se enfangue en toda la sangre, violencia y motivación animal de los personajes. Quiero que sientan lo crudo, impactante e impredecible pero también lo audaz y peligroso y que se lleven algo de la inmundicia y la oscuridad física y moral de las aventuras que presento.
Esa forma de ver la narración lo incluye a usted dentro del subgénero denominado grimdark ahora muy popular. Usted mismo se presenta en redes bajo el apodo @lordgrimdark. ¿Se siente bien bajo esta denominación?
No del todo cómodo. Llamarme Lord Grimdark empezó como una broma. En aquel entonces, el término se usaba como un insulto para describir una ficción que era ridículamente exagerada, muy cínica y excesiva en con la sangre y lo desagradable. Por eso mismo, nunca fue mi intención erigirme como líder de ese movimiento ¡ni siquiera soy un Lord de verdad! ¿te puedes creer? (Ríe) Pero, desde entonces, la gente empezó a usarlo para describir la ficción que le gusta o que buscaba para leer. Ahora tiene una definición bastante amplia como reacción contra el heroísmo, la simplicidad moral y esa clase de pulcritud y luminosidad de la fantasía de los años 80. Un poco pomposa, a veces.
¿Una reacción anti-Tolkien y 'El Señor de los Anillos'?
Sin duda. Tolkien inventó la fantasía épica moderna y durante mucho tiempo los escritores intentaron imitarlo quizá sin las sutilezas que tenía él. Y acabaron creando héroes predecibles. Yo creo que la fantasía moderna es un poco como el spaghetti western revisando otra vez al western clásico. Una pátina más oscura y una mirada tal vez más honesta del género poniendo el foco en los personajes y su psicología interna. Cuando algo se vuelve muy predecible es útil coger una dirección diferente y ver las cosas con más perspectiva. A mí me gusta sorprenderme como lector, odio cuando sé que es lo próximo que va a pasar. Es bonito mantenerte alerta.
¿Le ha pasado a la fantasía lo que al cine de superhéroes con algunas películas como la trilogía del Caballero Oscuro de Nolan o el Joker de Todd Phillips que no son solo acción e incluyen personajes más introspectivos?
Me gustan los personajes que están a medio camino entre el héroe y el villano. Que nunca tiene claro qué lado es el bueno, si es que eso existe. En la fantasía clásica el villano era ese señor oscuro cuyo propósito era solo ser malvado sin tener realmente ninguna razón convincente que pudiéramos entender. Nunca podrías empatizar con Sauron (el villano del Señor de los Anillos) porque no tiene nada que te ayude a hacerlo. Lo que ocurre en la vida real es que ser héroe o villano suele depender del lado en el que estés ¿qué lado es el bueno o el malo? Pocas personas deciden ser malvadas, hacen lo que creen necesario o lo que piensan que es bueno. Hubo un movimiento en televisión con series como Los Soprano, Deadwood, The Shield brillantes y revolucionarias en su tiempo que realmente profundizaban en el arquetipo de héroe y villano clásico ¿Quién es el héroe en Los Soprano? Es difícil de decir. Y esas son las clases de personajes que siempre busco. Fascinantes porque quizás tienen cualidades heroicas pero también otras villanas. En un mundo complejo donde no hay respuestas fáciles ¿qué harían estas personas? ¿De qué lado acabarían cayendo?
En 'Un Poco de Odio' se mezcla una suerte de Revolución Industrial con la Revolución Francesa. ¿Hasta qué punto son importantes las referencias históricas en su trabajo?
La investigación histórica es genial para situar la fantasía, te da autenticidad. Te permite aportar detalles que la gente desconocía o no había visto en un contexto fantástico pero, por otro lado, no quieres sentirte prisionero de tu propia investigación o tu propio sentido de la exactitud. Para eso están las novelas históricas. Lo divertido de la fantasía es que puedes improvisar, mezclar un periodo histórico con otro, puedes coger detalles de distintos lugares que encajen con tu historia. No tienes que ser preciso. Y por supuesto puedes, si quieres, poner a soldados napoleónicos luchando con vikingos, porque... ¿quién no querría ver eso? (Ríe).
Una idea novedosa que plantea en el libro es el impacto del progreso tecnológico en una sociedad medieval dominada por las espadas.
Muchos de los libros de fantasía que leí cuando era niño hablaban de mundos que parecían estar en estasis, que eran un inmutable sandbox medieval. Es lo que ocurre con el Señor de los Anillos, cuando lo lees apenas ha cambiado en cientos de años y siempre ha mantenido ese ideal medieval rural. En nuestro mundo, el conflicto o las guerras suelen surgir al amparo de grandes cambios, de fuerzas tectónicas, económicas, progreso social… Yo quiero que mi mundo se sienta así, como en constante cambio.
Trata además de forma tangencial temas de actualidad como el ecologismo.
En realidad, aunque mi intención no es hacer un libro sobre temas específicos del panorama actual creo que lo divertido de la fantasía también es su habilidad para ser el espejo del mundo real. A algunos les gusta la idea de la evasión, la fantasía es el lugar ideal para ello, pero nunca ha sido lo que me ha interesado hacer. No puedes evitar que los lectores hagan comparaciones con la realidad y yo tampoco lo querría. Las cuestiones relativas a la escena política me influyeron cuando escribí la primera trilogía de La Primera Ley. Había en ella muchas cosas sobre la banca (hubo una crisis financiera mundial en 2008) porque era lo que estaba en mi cabeza en ese momento. En estos libros ha ocurrido algo similar con el populismo, el colapso del sistema político, temas medioambientales... Cuestiones que acaban saliendo a la superficie de una u otra manera. Espero que no a modo de sermón. Mi intención es que los personajes tengan diferentes opiniones dentro un amplio espectro social de este libro. Espero que tengan pensamientos que no sean solo los míos, que representen una opinión amplia.
También el Brexit.
Sí. El crecimiento del populismo en general y cómo ha cambiado la política te hace sentir que fue hace mucho tiempo cuando el mundo era más racional, más comprometido, más moderado. Y luego en los últimos 5 ó 10 años, lo mejor ha ido a peor, más polarización, aumento de los extremismos. Siento que estamos en una atmósfera cambiante y por eso creo que estos libros hablan de la revolución y el cambio. Me ha sorprendido releer este primer libro y darme cuenta de que es el más suave de los tres, todo es más caótico y salvaje más adelante.
En esta novela hay personajes femeninos fuertes e interesantes. ¿Es fácil encontrar un equilibrio en un mundo, el suyo, claramente dominado por los hombres teniendo en cuenta además la masiva vigilancia que tienen las representaciones artísticas de la mujer tras el #MeToo?
Claramente los personajes femeninos están sometidos a un escrutinio que quizás los masculinos evitan. Y eso hace un poco más difícil el trabajo del escritor. Te tienes que cuestionar más qué estás haciendo con tus personajes femeninos. Especialmente si eres un hombre y tu experiencia es la de un hombre. Mis primeros libros estaban muy dominados por los hombres. "Fiesta de la Salchicha" es un término que se usa a veces. Guerreros, hechiceros, reyes... lo clásico de la fantasía. Pero con el tiempo he intentado mucho introducir más papeles femeninos porque ¡la mitad de la población son mujeres! Así que tienen que estar representadas en mi mundo. Aparte de posicionamientos políticos o declaraciones de intenciones, la diversidad del reparto, diferentes voces, rangos de relaciones, dinámicas entre los personajes hacen tu mundo más interesante y mejoran tu escritura en general. Ahora el contexto de 'Un Poco de Odio' me ha permitido trabajar con diferentes tipos de mujeres como una mujer de negocios despiadada o una joven que ve el futuro y que es todo lo contrario a una heroína de acción. Creo que se habla mucho de lo que es un personaje femenino fuerte ¿qué significa exactamente fuerte? Es una cuestión amplia ¿significa fuerte físicamente? Yo creo que no tiene por qué ser así. Creo que no hay que tener miedo a permitir a los personajes femeninos que hagan cosas diferentes ya sean más tradicionales o menos tradicionales. La mayoría de las personas son una mezcla de distintos tipos de tiras y aflojas. Como escritor no quieres ser predecible, ni obvio, ni falso. Las mujeres son capaces del mismo amplio abanico de comportamiento que los hombres y hay que intentar representarlas lo mejor posible.
Usted, al contrario de otros conocidos autores de fantasía (no señalamos a nadie, señor Martin) parece un autor disciplinado. Publicó este primer libro cuando ya tenía escrita toda la trilogía así que ya sabemos cuando se publicará el final (2021) ¿Cómo es su proceso creativo?
Ha ido cambiando con el tiempo con cada libro. Cuando escribí mi primera trilogía no tenía contrato, ni lectores, ni expectativas así que tuve el lujo de tomarme mi tiempo, experimentar y revisarlo todo al final antes de publicar los tres libros. Ahora con la nueva trilogía he intentado replicar eso y quitarme la presión. Creativamente necesito primero saber cuál es el final antes de arrancar. También tengo una idea aproximada de la composición de los tres libros cuando empiezo. Cómo serán los personajes principales, el progreso y los cambios en ellos que quiero ver y después divido cada libro en capítulos y comienzo a precisar y escribir. Creo que hoy en día es importante empezar a escribir pronto porque puedes matar la pasión si planificas demasiado. Después al final hay una gran tarea de revisión, pensar en los detalles, introducir escenas o personajes nuevos o cortar cosas para conseguir la esencia que persigo. Es un cierto riesgo porque durante ese tiempo tampoco tengo ingresos.
¿Se esconde en el bosque para escribir a máquina sin conexión a internet?
A la gente le gusta tener esa idea mágica de la escritura. Rituales que seguir, un lugar mágico donde ubicar tu escritorio... Yo personalmente intento evitar toda la magia que sea posible y reducirlo todo a lo más básico y aburrido. El trabajo es lo que importa. Un escayolista no dice “no me siento con suerte hoy, las ideas no me vienen. Tendrá usted que esperar a otro día”. Tiene que hacer el trabajo. En la literatura intento hacer lo mismo. Si buscas la magia y la magia nunca aparece, no tienes donde ir. Si hay un día que no estás inspirado tienes que buscar la manera de hacer progresos descomponiendo el trabajo en tareas más pequeñas. A veces hay días que te sientes poco inspirado. Tienes pasar por encima de ellos y tener fe en que todo tendrá sentido al final. Siempre puedes reescribir y cambiar pero si no tienes un primer gran borrador no llegarás a ningún sitio. Esos días procuro tener la vista alta y no mirarme a los pies.
Es usted muy activo en redes sociales. Nuevo libro, nueva trilogía, le llegaran recomendaciones, teorías incluso correcciones ¿Cómo le afecta todo ello?
Tienes que tener los ojos abiertos como escritor, aprender formas de hacer las cosas mejor. Es importante recibir las críticas con una mente abierta. Realmente quieres escuchar las cosas dignas de ser oídas. Pero al mismo tiempo tienes que mantenerte fiel a tu visión. Es muy fácil que los gustos de la gente te arrastren. Al final creo que los lectores te dicen lo que quieren pero realmente no saben muy bien lo quieren. No quieren bastante de lo mismo dos veces pero siempre te están pidiendo más de lo mismo de la última vez. Un término medio es no tomarse nada muy en serio. Tuve suerte de comenzar a publicar hace unos 15 años y crecer al mismo tiempo que lo hacía internet. Cuando te has establecido en el mercado editorial te vuelves menos vulnerable a las opiniones. Si tuviera que publicar ahora, es bastante salvaje el mundo de internet con el que te encuentras. Las críticas pueden ser brutales, se expanden rápidamente y pueden acabar sepultando tu carrera. Creo que sería un lugar muy terrorífico para mí si fuera un novato.
Lo suyo sería una buena saga para cine o televisión ¿ha recibido ya la llamada?
He recibido muchas llamadas, e-mails, mensajes de texto... Comunicaciones de toda clase. Creo que después del reciente éxito de la serie Juego de Tronos, ¿te suena? (Bromea) Creo que todos los que tenemos una saga de fantasía épica destacable hemos sido llamados al menos para una toma de contacto. He tenido cosas en marcha, trabajado con personas para adaptar La Primera Ley a la pantalla de una forma u otra pero nada que se pueda decir que sea definitivo. Hasta que eso pase es mejor asumir que nunca ocurrirá.