Cuando llega la Navidad, siempre hay una lista de películas que son de obligatorio visionado para los fans de esta época del año. Y una de las que siempre es fija es el clásico de 1990 ‘Solo en casa’, dirigida por Chris Columbus y que convirtió a Macaulay Culkin en una estrella internacional. La comedia navideña por excelencia nos contaba la historia de Kevin McCallister y de cómo sus padres se olvidan de él en el viaje familiar navideño, quedándose, como dice el título, solo en casa. Durante la película no solo tiene que aprender a sobrevivir, a cocinar o a hacer la compra, sino que también se enfrenta a un dúo de ladrones que tratará de robar su casa. Pero Kevin lleva criándose toda su vida con hermanos y primos odiosos, por lo que tiene más de un as bajo la manga.

Este éxito arrollador de comienzos de los 90 (estuvo doce semanas como número 1 en la taquilla estadounidense) propició una secuela que, aunque no es tan recordada, funcionó igual de bien. Sobre todo gracias a traer de nuevo al elenco original. Y ojo, con cameo de Donald Trump incluido. Y lo curioso de todo es que la primera película fue una idea de John Hugues, mítico director de películas como ‘El club de los cinco’ o ‘Todo en un día’, escrita en tan solo nueve días. El resto se convirtió en historia.

El rodaje se alargó durante casi cinco semanas y se llevó casi al completo en una casa real, donde la familia dueña del inmueble vivía recluida en la suite principal. Y, aunque no era la primera película del joven actor Macaulay Culkin, sí que fue la que le convirtió en la estrella que sería después. Aunque durante todo el proceso de rodaje tuvo que lidiar con una familia que vio cómo era él el que se convertía en la principal fuente de ingresos. Y no solo eso, sino que los abusos de su padre se convirtieron en algo habitual durante toda la producción, y así lo aclaró Macaulay en una entrevista en el podcast de Marc Maron. “Era un hombre malo. Era abusivo, física y mentalmente. Podría enseñarte todas mis cicatrices si quisiera”.

De hecho, la experiencia del joven actor ha ayudado a perfilar cómo funcionan los castings de niños actores desde entonces. Y así lo dejó claro su director, Chris Columbus, hablando sobre el proceso de elección de los protagonistas de Harry Potter. “Me di cuenta que, en todo el proceso, los padres tenían que ser una parte importante. No puedo tener un actor que vaya a casa un ambiente malo, solo por el bienestar de la película. No merece la pena. Así que se ha convertido en algo importante hacer un casting tanto a padres como a hijos”.

La carrera de Macaulay Culkin se vio totalmente opacada por todo lo sucedido alrededor de la película. Hasta tal punto que sus padres trataron de controlar toda su fortuna, y acabaron separándose en 1994, provocando que el joven actor dejara de lado la interpretación, tratando de vivir una vida normal. Las leyendas a su alrededor empezaron a sucederse. Sobre todo acerca de su supuesto consumo de heroína. Algo que él negó en varias entrevistas, dejando claro que la prensa lo único que buscaba era vender titulares sobre él, y buscar razones a su decisión de darle la espalda a la fama.

Si ‘Solo en casa’ funciona tan bien como clásico navideño es porque tiene todos los elementos reconocibles de este tipo de historias. Familias que se reencuentran, sentimiento de pertenencia, nieve (que no estaba en el presupuesto inicial, pero la llegada de una ventisca ayudó a incluirla en la película), decoración navideña, y un peligro al que tiene que enfrentarse el protagonista, siempre saliendo airoso. Y por supuesto, grandes dosis de comedia física, que incluso provocaron quemaduras a uno de sus actores. Estamos hablando de Joe Pesci, que durante el rodaje de la secuela, sufrió un percance que recuerda aún a día de hoy. "Además de los golpes, moratones y dolores generales que se pueden asociar a este tipo de humor más físico, sufrí quemaduras graves en mi cabeza durante la escena en la que el sombrero de Harry se incendia”.

El veterano actor, que entró en la producción tras la renuncia de Robert De Niro, insistió en hacer él mismo todas sus escenas, aunque las más peligrosas siempre las llevaba a cabo un doble de acción. Y también, como buen actor de método, decidió llevar su personaje hasta las últimas consecuencias, así que evitaba a Macaulay Culkin en el set, para que el joven intérprete le tuviera un miedo real. “Macaulay era un niño muy dulce e, incluso a aquella edad, muy profesional”, recordó en la revista People. Donde también afirmó haber limitado mucho sus interacciones con Culkin. “Quería preservar la dinámica entre los personajes. Quería mantener la integridad de la relación de adversarios”.

Y lo cierto es que la táctica de Pesci funcionó, porque la dinámica entre ambos es crucial para que la película funcione. De hecho, en el resto de entregas de la saga, sin contar la secuela, no solo falla el protagonista principal, falto del carisma de Macaulay, sino también ese magnetismo, esa compenetración entre el niño y los bandidos. Por eso ‘Solo en casa’ es un clásico, y no hay Navidad que nos saltemos una película que, recordemos, nos cuenta cómo una familia se olvida de su propio hijo en el viaje más importante del año.

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