El rodaje de 'El Padrino II': del plantón de Marlon Brando a los problemas durante la grabación
La mejor secuela del cine estuvo marcada por la compleja relación entre Coppola y Paramount
Desde el platón de Marlon Brando hasta el fracaso en taquilla, ‘El Padrino Parte II’ no lo tuvo fácil para salir adelante
La intrahistoria de 'Lo que el viento se llevó', un rodaje enturbiado por el racismo y la homofobia
En los años 70 llegó a Hollywood una nueva hornada de directores deseosos de cambiar las cosas y de darle un nuevo aire a un sistema algo anticuado. A proponer nuevas historias más sociales, más críticas, más realistas. Ahí surgió el llamado Nuevo Hollywood, cuyos principales valedores eran unos jóvenes Martin Scorsese, George Lucas, Steven Spielberg, Denis Hopper, Stanley Kubrik, Sidney Lumen, Woody Allen o Francis Ford Coppola. Y precisamente este nos dio dos de las más grandes obras maestras del cine. Ya no solo de la época, sino de la historia. Estamos hablando de ‘El Padrino’ (1972) y su secuela, ‘El Padrino Parte II’, que cumple ahora nada menos que cincuenta años.
La primera parte de la saga de los Corleone fue un éxito masivo. Recaudó casi 300 millones en taquilla, le dio su Oscar a Marlon Brando, lanzó la carrera de Al Pacino, y sentó la bases del cime de mafiosos que tanto se copiaría desde entonces. Normal que desde Paramount quisieran una secuela. El problema es que no había segundo libro. Mario Puzo había escrito solo ‘El Padrino’, pero se habían quedado muchas cosas en el tintero en la primera parte, así que aún había historia que contar. Solo que Coppola no quería. Los directores de prestigio no dirigían las secuelas de sus películas. Y Coppola era un director de prestigio. Así que trató de desembarazarse del proyecto de todas las formas posibles. Habló con Paramount y sugirió que dirigiera la película Martin Scorsese. Cuando se negaron, pidió una cantidad desorbitada de dinero. Paramount aceptó su farol. Así que, para rizar el rizo, dijo que llamaría a su película ‘El Padrino Parte II’.
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Esa decisión fue casi la más polémica de todas. Coppola había sacado la idea de grandes clásicos del cine ruso, pensando que así acabarían desistiendo con el proyecto. Pero, aunque no gustaba mucho la decisión, Paramount acabó aceptando también. Así que a Coppola no le quedó otra que seguir adelante y apuntarse a dirigir la que es, probablemente, la mejor secuela de la historia del cine. “Soy el idiota que inició los números en las películas de Hollywood. Estoy avergonzado y pido disculpas a todos”.
Soy el idiota que inició los números en las películas de Hollywood. Estoy avergonzado y pido disculpas a todos
Mucho antes de que George Lucas pusiera de moda la palabra ‘precuela’ con su trilogía de los orígenes de Anakin Skywalker, ‘El Padrino Parte II’ ya lo había hecho. Y de una forma tanto ambiciosa como novedosa a partes iguales. Porque no solo era una precuela, sino también una secuela. Porque conocíamos tanto los inicios en el mundo de la mafia de Vito Corleone como seguíamos las andanzas de su hijo Michael después de los eventos de la película original. Y pocas películas han querido lanzar una secuela similar. ¿Un ejemplo? ‘Mamma Mía!: Una y otra vez’ que también funciona como precuela y secuela.
Para desarrollar la historia volvió a contar con la ayuda de Mario Puzo, el autor de la novela original, y no solo se tomaron elementos del libro, sino que se añadió mucho trasfondo a los personajes ya conocidos. Y, para interpretar a un Vito Corleone joven, estaba un Robert De Niro que ya había hecho el casting para la primera parte, pero para el papel de Michael Corleone. El destino quiso que llegara su oportunidad de brillar en ‘El Padrino Parte II’, y su brillante interpretación le dio su primer Oscar. Un reconocimiento incontestable, que se sumaría a otros cinco premios más, incluido el de Mejor Película, de un total de 10 nominaciones.
Si ‘El Padrino’ se consideraba una obra maestra, su secuela está casi por encima. En términos de taquilla se quedó muy por detrás de su predecesora (no llegó a los 100 millones en taquilla), pero la crítica se rindió ante este nuevo acercamiento a la saga familiar de los Corleone. Obviamente, Coppola se pasó del presupuesto, de los días de rodaje, y el cameo de Marlon Brando volvió locos a todos. Porque aunque estaba dispuesto a rodarlo (aparecería en el flashback final junto al recuperado James Caan, que cobró el mismo sueldo por dos minutos que por toda la primera película) pero, en el último minuto, decidió no presentarse, obligando a Coppola a reescribir la escena a marchas forzadas.
Eso sí, en esta segunda parte, el equipo de producción no tuvo los problemas con la mafia que sí tuvo la primera. Célebre es la historia del productor Albert S. Ruddy, que tuvo que llegar a un acuerdo con uno de los capos de Nueva York, Joseph Colombo, para el rodaje transcurriera con normalidad. Colombo estaba tratando de desterrar los estereotipos alrededor del mundo del mafia, así que no permitió que se dijeran palabras como ‘cosa nostra’ en la película. Para presionar al estudio, Colombo llegó a atentar contra la vida del productor, o incluso varias amenazas de bomba desalojaron los estudios varias veces.
Ruddy llegó a ofrecer papeles como extra a los asociados de Colombo para tener a la mafia tranquila. Por suerte, en ‘El Padrino Parte II’ no hubo intentos de extorsión para acabar con la película. Colombo había fallecido, asesinado por un supuesto rival, así que, por ejemplo, varias de las palabras prohibidas pudimos escucharlas en boca de Michael Corleone en esta parte dos.
Y, aunque la película no recaudó lo esperado, ‘El Padrino Parte II’ sigue en el imaginario colectivo como un hito en la historia del cine. Aunque la tercera entrega tuviera unas críticas devastadoras, lo cierto es que la trilogía creada por Coppola es una de las más completas del cine, y siempre viene bien revistarla de vez en cuando.
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