A mediados de los 90, no había una actriz más famosa que Julia Roberts. La conocida como 'Novia de América' triunfaba en taquilla, aparecía en todas las portadas de revistas y era la intérprete mejor pagada. Su sonrisa enamoraba a millones de espectadores, y en Estados Unidos era una celebridad casi cercana a la fama del propio presidente del país. 'Pretty Woman', la comedia romántica por excelencia, la convirtió en una estrella con tan solo 24 años, y lidiar con la fama a esas alturas (no una fama normal sino planetaria) siempre es difícil. Sobre todo para una persona tan privada como ella.

"Mi vida personal es la misma. Soy la misma persona. Creo que las cosas empiezan a cambiar cuando la gente comienza a acercarse a ti, y creo que nadie está preparado para ese tipo de situaciones", explicó para Entertainment Weekly tras el estreno de 'Hook', de Steven Spielberg. "La gente viene y se acerca en cualquier sitio. En el supermercado o andando por la calle. 'Oh, dios mío, eres tú. Siento que sé todo sobre tu vida, así que tengo derecho a coger cinco minutos de tu día". 

Sobre el precio de la fama ha reflexionado en muchas de sus entrevistas desde entonces, e incluso podríamos encontrar ciertos paralelismos con su película 'Notting Hill', que cumple este 9 de diciembre veinticinco años desde su estreno. Hay un momento en la película en la que le preguntan al personaje de Anna Scott por su salario y ella responde con la cifra de 15 millones, exactamente la misma que la actriz cobró para protagonizarla.

A esas alturas, Julia Roberts estaba literalmente en la cima de su carrera. De hecho, poco después ganaría su hasta ahora único Oscar por su interpretación en 'Erin Brokovich'. Fue ahí cuando decidió dar un volantazo a su carrera y dejar atrás las comedias románticas.

"Si hubiera leído algo que pensara que tenía el nivel de escritura de 'Notting Hill' o el nivel de diversión loca de ‘La boda de mi mejor amigo’ lo habría hecho. Simplemente, no existían", explicó para 'The New York Times'. Y ahí es cuando la gente volvió a especular sobre su vida, sobre su carrera, sobre todo lo que rodeara a una de las actrices más famosas de Hollywood. "Creo que nunca me di cuenta que, el precio de la fama, es que abres literalmente todos los momentos y aspectos de tu vida", aseveró entonces. Y pudo comprobarlo a comienzos de los 90, cuando canceló su boda con Kiefer Sutherland, que supuso una auténtica revolución en la prensa rosa.  

"Ahí me di cuenta de que no tenía que importarme lo que una señora en Boise pensara que estaba haciendo el error más grande mi vida, o que era una mala persona por estar haciendo lo que estaba haciendo. Esta es mi vida. Solo la vivimos una vez. Y fue una decisión que tomé por mí y para mí. Salve mi vida haciéndolo. Y eso debería ser lo único que me importe", reflexionó la actriz. Algo que ha apoyado Kiefer Sutherland siempre. "Creo que estaba siendo honesta consigo misma y en el fondo sé que hizo lo correcto. El tiempo ha demostrado que era lo mejor que podía haber pasado, porque la boda que se suponía era solo para nosotros, terminó siendo demasiado grande", explicó en el programa 'The Jess Cagle Interview'.

Pero la fama también le ha traído cosas positivas, como por ejemplo poder permitirse el lujo de retirarse unos años de la actuación para centrarse en criar a sus hijos. "Con el estrellato, simplemente trato de estar agradecida. Pude tomarme un tiempo para disfrutar de mi familia. Fue una verdadera bendición y un lujo que sé que no todas las madres pueden permitirse", reflexionó para Marie Claire. Y al final del día, Julia Roberts ha sido lo suficientemente inteligente para poder mantener su vida personal de la forma más privada posible. Así, el recuerdo general del público son sus películas, y entre ellas siempre va a destacar 'Notting Hill', considerada una de las grandes comedias románticas del cine. 

Eso si, estuvo a punto de tener una secuela, y la propia Roberts la detuvo, calificando el guion como "una idea muy pobre". A diferencia de Hugh Grant, su compañero en el rodaje, que recientemente afirmó que le habría gustado mucho hacer una secuela de alguna de sus comedias románticas. "Me gustaría vernos a Julia y a mí y el horrible divorcio que siguió con abogados realmente caros, niños involucrados, mares de lágrimas... Marcado psicológicamente para siempre. Me encantaría hacer esa película". El actor británico siempre siendo brutalmente transparente en sus entrevistas, por supuesto. 

La que fuera novia de América ahora se toma su carrera de forma totalmente diferente. Ha tenido la enorme suerte (y un trabajo increíble detrás) de no caer en el olvido de tantas mujeres actrices que, tras cumplir cierta edad, fueron olvidadas por los estudios y por el público (Meg Ryan, Michelle Pfeiffer…). Julia ha conseguido mantenerse, estrenó a finales del año pasado nueva película en Netflix, 'Dejar el mundo atrás', y también está de aniversario con 'Pretty Woman', otra de sus grandes películas, que cumplirá 35 años desde su estreno en 2025. Una carrera intachable, repleta de grandes obras de la comedia, y una fama internacional que supo mantener a raya siempre en los momentos más difíciles.  

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