El verano es una época perfecta para hacer lo que más nos gusta. Los días largos, las vacaciones y, en general, la disponibilidad de más tiempo libre nos ofrecen posibilidades que el resto del año normalmente no tenemos. Así que tanto si eres de los que están pensando pasar el verano en una piscina, en tu ciudad, de festival en festival o haciendo deporte, hemos creado una lista donde poder encontrar el libro que mejor se adapte a ti. Porque otro de los imprescindibles de todo verano es leer.
Si te gusta tener el culo en remojo todo el tiempo, pero ni el agua salada ni la arena te convencen mucho, el libro de 'Piscinosofía' de Anabel Vázquez es perfecto para ti. Un tratado en el que su autora cuenta por qué cuando nos encontramos en los bordillos de las piscinas, todos nos dejamos deslumbrar por el sol, sonreímos o estamos dubitativos sobre si darnos un chapuzón o no. Un amor hacia ellas que une con referencias culturales, con historia y con su propia vida.
La ruptura con la monotonía del día a día también hace que el verano sea un momento perfecto para el amor. Quizá frugal, pero uno que se quedará marcado para siempre en nuestra memoria. Eso sucede en la preciosa novela 'El verano que nos queda' de Giulia Baldelli. Un triángulo amoroso entre dos niñas y un niño que, ni el tiempo ni la distancia conseguirán que sus vidas dejen de estar unidas para siempre.
Las relaciones familiares, en realidad cualquier tipo de relación, no son sencillas. Y en verano, que compartimos más tiempo, se pueden complicar. Por ello leer 'El verano que mi madre tuvo los ojos verdes' de Tatiana Tibuleac puede ayudarte a dejar esos sentimientos malos de lado. La novela trata sobre la malísima relación entre una madre y un hijo y sobre su verano de reconciliación. Tres meses en los que los protagonistas por fin intentan comprenderse, animados por la llegada de la muerte y por la necesidad de hacer las paces entre sí y consigo mismos. Una novela maravillosa.
La playa, la montaña, países exóticos; parece que el verano es un momento para huir de nuestro lugar de origen. Sin embargo, muchas veces se vuelve el mejor espacio para disfrutarlo. Como ocurre en 'Aristóteles', en la que un veinteañero, que en principio lo tiene todo (novio estable, padres que lo quieren, amigas que cuidan de él), no le es suficiente. En ese verano de Madrid, de verbena en verbena y más vacío que nunca, se enamora de otro hombre y de repente tiene menos idea de lo que quiere hacer con su vida. Una novela con mucho humor, frívola y fresca. En resumen, muy veraniega.
El verano, aunque ya los hay casi todo el año, también es la estación perfecta para acudir a festivales. ¿Quién no querría ir a uno? El problema es que muchos de ellos, sobre todo los de gran afluencia, se están convirtiendo en agujeros negros de la música: exigen subvenciones, blanquean marcas, explotan a artistas y trabajadores y un largo etcétera de malas prácticas más. Todo esto lo muestra el periodista Nando Cruz en 'Macrofestivales', un ensayo que después de leerlo te hará replantearte al tipo de festival que acudir.
Una comida rica y una siesta. Ya sea en la cama, en el sofá o en una tumbona. El verano también es un momento para descansar. La siesta siempre ha estado asociada a la pereza y a la ociosidad, pero lejos de todo ello es un hábito saludable. Por ello, si eres de los que no se pierden una, el miniensayo de 'El don de la siesta' de Miguel Ángel Hernández no hará más que darte razones para meterla en tu rutina.
El verano es también una época en la que muchas se dedican a hacer deporte. Pero además de practicarlo, también puede leerse. Si lo tuyo es el ciclismo, uno de los deportes rey en esta época, son obligatorios tanto 'Ganar el Giro bebiendo sangre de buey' como 'Plomo en los bolsillos'. Ambos escritos por Ander Izaguirre, quien cuenta todas las anécdotas e historias detrás del Giro de Italia y del Tour de Francia, respectivamente.
Del verano, la vuelta a la rutina siempre es lo más difícil. Productividad y rendimiento son palabras que cada vez tenemos más en la mente. Pero, ¿y si hiciéramos todo lo contrario? ¿Si no hiciéramos nada? Eso es lo que propone Jenny Odell en 'Cómo no hacer'. Un ensayo en el que su autora cuestiona de manera radical la capitalización de nuestro tiempo, la rentabilización de nuestra atención y el estado de ansiedad e impaciencia en el que vivimos. Una oda a la inactividad, a ganar tiempo para nosotros mismos.
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