Los encierros de San Fermín, una de las tradiciones más emblemáticas de Pamplona, que van del 7 de julio al 14 del mismo mes, con inicio a las 8:00 de la mañana, atraen a miles de corredores y espectadores cada año. Sin embargo, este evento no está exento altas dosis de riesgo, con ciertos tramos de un recorrido que es fijo para todos los años y todos los días de encierro, siendo especialmente propensos a incidentes graves. Por ese motivo ya se conocen los segmentos más peligrosos de estos encierros, si nos fijamos en datos históricos y en las experiencias de años anteriores.
En primer lugar la alta densidad de corredores en ciertos tramos del recorrido, especialmente durante los encierros del fines de semana y en días festivos, aumenta el riesgo de accidentes. La falta de espacio y la presión del grupo pueden llevar a caídas y montoneras, haciendo más probable que alguien sea pisoteado o empitonado por los toros.
Por otro lado la humedad y las condiciones del suelo también juegan un papel crucial en la seguridad del encierro. Los tramos con adoquines resbaladizos pueden aumentar las caídas tanto de los toros como de los corredores. Por ejemplo, la cuesta de Santo Domingo, con su pendiente pronunciada, puede volverse particularmente peligrosa en condiciones húmedas.
Cada ganadería tiene características específicas que pueden influir en el comportamiento de los toros durante el encierro. Algunas ganaderías son conocidas por tener toros más agresivos o impredecibles, lo que incrementa el riesgo de incidentes. Ganaderías como Cebada Gago y José Escolar han ofrecido históricamente encierros más peligrosos, con más cornadas y heridos.
Los encierros de San Fermín son una celebración llena de adrenalina y tradición, pero también conllevan una serie de riesgos a tener en cuenta. Conocer los tramos más peligrosos del recorrido y seguir las recomendaciones de seguridad puede ayudar a mitigar estos riesgos y permitir que los corredores disfruten de esta experiencia única de la forma más segura.