Hacía seis años que la madre de Gabriel Cruz, el niño asesinado por su la novia de su padre en el año 2018, no hacía una comparecencia pública. Por eso, su última incursión en los medios de comunicación ha llamado la atención de la sociedad española, pendiente del mensaje que Patricia Ramírez quería transmitir, visiblemente afectada.
Ante el avance de la producción de un documental sobre el crimen cometido por Ana Julia Quezada, que cuenta con la participación de la propia condenada desde la cárcel donde cumple prisión permanente revisable, la madre del 'pescaíto' trasladaba su ruego a la estructura ético social española para parar dicho contenido audiovisual en ciernes.
Tras la concentración que ella misma convocó y en la que contó con el apoyo de más de más de 700 personas, en favor de preservar el dolor de las víctimas de sucesos tan traumáticos como fue el asesinato de Gabriel, Patricia le mandó un mensaje abierto a la mujer que le "arruinó la vida": "Le diría a Ana Julia Quezada, que por respeto a su padre y a la memoria de Gabriel, no lo hagas", dijo en Madrid, acompañada en todo momento de su psicólogo, Francisco Martín. Una petición desesperada que hecho un año y medio después de enterarse que se había autorizado la grabación en prisión - exclusivamente de audio - del punto de vista de la condenada.
Sin que se conozca el nombre de la plataforma que podría emitir el documental, en Informativos Telecinco hemos consultado a una psicóloga clínica sobre la creciente fascinación social que las series basadas en crímenes reales están despertando en el espectador medio español. Algo que es ya una costumbre instaurada en la sociedad americana, donde proliferan los contenidos basados en atroces delitos cometidos en suelo nacional, como los conocidos Making a Mureder o Capturing de Friedman's.
"El interés por el true crime viene de la posibilidad de acceder a lo inaccesible. Si no eres abogado penalista, funcionario de prisiones o psicólogo en terapias penitenciarias, como es mi caso, no tratas directamente con delincuentes. Dichas ficciones, biopics o rigurosos documentales permiten entrar en la mente del asesino, algo que, socialmente, le está prohibido al ciudadano", ha aclarado Noelia Pérez, del centro madrileño 'Psicalma'. Además, ha afirmado que "hay muchas personas que ven este tipo de contenidos para examinar su propia personalidad y la de los que tienen al lado".
Sobre el perfil psicológico de la condenada en este caso, la psicóloga asegura que Ana Julia es el prototipo de 'mujer piscópata' , pues el hecho de "participar en la búsqueda del niño sin inmutarse la define como tal". El permiso que Ana Julia ha dado para que se haga una ficción documental basada -supuestamente- en su juicio público y en sus declaraciones privadas, también responde a "la falta total de remordimiento, pero sí a la preocupación de la imagen pública" que presenta todo delincuente narcisista.