El martes 30 de abril, el destacado escritor estadounidense Paul Auster moría por la noche en el barrio neoyorquino de Brooklyn a sus 77 años como consecuencia de un cáncer de pulmón. El diario 'The New York Times' era el primer medio de comunicación en dar la noticia del fallecimiento del autor de obras como 'La trilogía de Nueva York', 'Sunset Park', 'Invisible' o 'El libro de las ilusiones'. La noticia de la muerte de Paul Auster conmocionó por completo al panorama cultural internacional. Han sido cientos los rostros que han querido homenajear y ensalzar la figura del escritor a través de sus redes sociales. Desde personalidades políticas, compañeros de profesión y admiradores que se mostraban conmocionados.
Sin embargo, el homenaje que más emoción ha causado ha sido el de su viuda, la también escritora Siri Hustvedt. En una carta publicada en su perfil de Instagram, la escritora se quejaba de la filtración de la noticia de la muerte de su marido y, también, aprovechaba para contar cómo habían sido los últimos días con vida del escritor y recordaba con cariño cómo fue vivir todos estos años al lado de este icónico escritor.
En este escrito que ha publicado en sus redes sociales, Siri Hustvedt ha querido denunciar la rapidez con la que se publicó la noticia de la muerte de su marido: "Era ingenuo, pero había imaginado que sería la persona que anunciara la muerte de mi marido, Paul Auster. Murió en casa, en una habitación que amaba, la biblioteca, una habitación con libros en cada pared, desde el suelo hasta el techo, pero también ventanas altas que dejan entrar la luz. Murió con nosotros, su familia, alrededor de él el 30 de abril de 2024 a las 6:58 PM. Algún tiempo después, descubrí que incluso antes de que su cuerpo hubiera sido sacado de nuestra casa, la noticia de su muerte estaba circulando en los medios de comunicación y se habían publicado obituarios".
"Ni yo, ni nuestra hija, Sophie, ni nuestro yerno, Spencer, ni mis hermanas, a quienes Paul amaba como a sus propias hermanas y presenciaron su muerte, tuvimos tiempo para asumir nuestra grave pérdida. Ninguno de nosotros fue capaz de llamar o enviar un correo electrónico a la gente querida antes de que comenzara el grito en línea. Nos robaron esa dignidad. No conozco la historia completa sobre cómo sucedió esto, pero sé esto: está mal", denuncia la también escritora en sus redes sociales.
Después, Siri Hustvedt explica cómo fueron los últimos días del escritor: "Paul nunca dejó Cancerland. Resultó ser, en palabras de Kierkegaard, la enfermedad hasta la muerte. Después de que los tratamientos habían fallado, su oncólogo le ofreció quimioterapia paliativa, pero dijo que no y pidió hospicio en casa. Los estragos del tratamiento del cáncer son experimentados por muchos pacientes, y algunos se curan, pero lo que el mundo de la medicina llama educadamente 'efectos adversos' fácilmente se convierte en una realidad en cascada de una crisis tras otra, causada no por el cáncer, sino por el tratamiento. Las inmunoterapias, que actúan a nivel molecular, pueden ser particularmente peligrosas. Un 'efecto' puede ser una amenaza para la vida y pedir una intervención dramática, lo que a su vez causa otro efecto que amenaza la vida, que exige una mayor intervención, y el cuerpo agredido se debilita cada vez más".
En este homenaje y en esta carta dirigida a sus seguidores, Siri Hustvedt también ha querido recordar el coraje del que fuese su marido: "Paul había tenido suficiente. Pero él nunca, ni por palabra ni por gesto, mostró un signo de autocompasión. Su coraje y humor estoico hasta el final de su vida son un ejemplo para mí. Dijo varias veces que le gustaría morir contando un chiste. Le dije que era improbable, y él sonrió".
Además, la escritora ha querido compartir cuáles fueron los últimos y especiales escritos de Paul Auster: "Mi marido no tenía un ordenador. Escribió a mano, y escribió sus manuscritos en una máquina de escribir Olympia. En los últimos días de su vida, él estaba escribiendo cartas a nuestro nieto, Miles. Su pequeña escritura se tambaleó como resultado de un temblor causado por el tratamiento, pero rayó esas letras hasta que perdió toda fuerza. Nuestra asistente y querida amiga, Jen Dougherty, descifró los mensajes después de que yo los había fotografiado, y ella los escribió para él. Él quería que fuera su último libro. En un suspiro de determinación, se las arregló para terminar una carta y completar su texto, pero el manuscrito no es largo. Con esa carta, su vida escrita terminó".
La carta de Siri Hustvedt ha causado verdadera sensación entre sus seguidores debido a la sinceridad y delicadeza con la que escribe. Un homenaje a su difunto marido y una queja a la invasión de su intimidad que ha conseguido más de 22.000 'likes' y cientos de comentarios en menos de 24 horas.
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