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La Policía de Escocia ha confirmado este martes que no tomará medidas contra la escritora J.K. Rowling, autora de la serie de libros 'Harry Potter', después de que se pronunciara en contra de la nueva ley escocesa que castiga la incitación al odio basada en la identidad transgénero, que entró en vigor este pasado lunes, planteara sarcásticamente los casos de varias personas trans de alto perfil, incluyendo casos como el de Isla Bryson, y desafiara a las autoridades a arrestarla.
Un portavoz de la Policía de Escocia ha asegurado que han "recibido quejas en relación con las publicaciones de J.K Rowling en las redes sociales", pero que "los comentarios no se consideran criminales y no se tomarán medidas" contra ella. La también productora de cine y guionista británica nacida en Yate, de 58 años, había recibido denuncias de numerosas personas, recogen medios como 'The Sun'.
La escritora publicó un hilo en la red social X (antes Twitter) en el que, como decíamos, destacó a varias personas que se identifican como mujeres e hizo referencia a una serie de casos criminales. En el caso de Isla Bryson, señaló en el tuit: "La encantadora muchacha escocesa y doble violadora convicta, Isla Bryson, encontró su verdadero yo femenino auténtico poco antes de ser sentenciada. La confusión de género es odio, así que respete los pronombres de Isla, por favor. ¡Me encantan las mallas!". Tras estos comentarios, desafió a los agentes a arrestarla si sus comentarios se consideraban delictivos con la nueva legislación.
Tras anunciarse que no será castigada, la escritora ha compartido la noticia en redes sociales y ha señalado: "Espero que este anuncio tranquilice a todas las mujeres de Escocia que deseen defender la realidad y la importancia del sexo biológico, y confío en que todas las mujeres, independientemente de su perfil o sus medios económicos, reciban el mismo trato ante la ley".
La nueva ley, que amplía otra que ya penalizaba el odio por motivos de raza, color, etnia y nacionalidad, establece un nuevo delito con una posible pena de hasta siete años de prisión por incitar al odio por edad, discapacidad, religión, orientación sexual, identidad transgénero o intersexualidad, incluso en plataformas de redes sociales. La condena puede ir acompañada de una multa y una pena de prisión de hasta siete años. Tras aprobarse hace tres años, entró en vigor el lunes 1 de abril de 2024.
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