La 'magia' del quádbol, el deporte que quiere desvincularse del universo Harry Potter: "La escoba es un palo"
El deporte es conocido como Quidditch, una invención de la escritora J.K Rowling donde los jugadores vuelan sobre escobas
Los Barcelona Eagles son uno de los equipos que practican esta disciplina en la vida real: "No es coger un palo y empezar a correr"
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El deporte que practica Harry Potter en la exitosa saga de J.K Rowling también está al alcance de los 'muggles', el ser humano que no tiene habilidades mágicas. En este caso, los jugadores no vuelan con su escoba, pero sí que llevan un palo rígido de PVC entre las piernas para jugar al quádbol, conocido mundialmente como Quidditch.
"No es coger un palo, empezar a correr y hacer cualquier cosa. Hay una federación internacional, como si fuese la FIFA del fútbol, con un reglamento propio aceptado por todos los países", explica Jordi, capitán de los Barcelona Eagles, uno de los equipos españoles que practica una disciplina inclusiva que dista de la ficción, aunque mantiene sus bases.
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El objetivo es el mismo que en la famosa saga: "Hay que pasar la 'quafle' entre uno de los tres aros". Aunque esta pelota en la vida real es de voleibol. También está la 'snitch', la bola mágica con alas giratorias que se movía en en todas las direcciones y dificultaba la labor al jugador encargado de encontrarla.
"Evidentemente no vuela. Un miembro del equipo arbitral lleva una pelota en un calcetín, enganchado a un velcro del pantalón", reconoce Jordi, sobre una pelota que pierde el valor añadido del mundo mágico. "Si la cogías, acababa el partido y ganabas. Pero en la vida real solo ocurre si ya vas ganando, pero si vas perdiendo y la atrapas, permite forzar una prórroga y da la oportunidad de remontar".
Llevar un palo entre las piernas no pasa en otra disciplina
Cogerla tampoco es tan fácil fuera de Hogwarts. "Tienes que intentarlo mientras tienes un palo entre las piernas, lo que dificulta el movimiento". Además, el miembro del equipo arbitral no lleva el tubo de PVC. "También puede utilizar los brazos para dificultar que la cojas. Estás con mucha desventaja. No es fácil".
En el caso de Jordi, su pasión por Harry Potter le llevó a probar un deporte que le generaba expectación. "Llevar un palo entre las piernas no pasa en otra disciplina. Lo veía curioso. El primer día comí mucho césped, pero al final es acostumbrarte a correr de una manera diferente. Tienes que aguantar el palo con un brazo porque si no se cae".
El Quidditch fue creado en 2005 en la Universidad de Middlebury en Estados Unidos. Desde entonces, no ha hecho más que crecer, aunque no todos sus jugadores son fanáticos de la saga y las federaciones tratan de desvincularse del mundo mágico. Un ejemplo de ello es el cambio de nombre de la disciplina, actualmente conocido como quádbol.
"Hay gente que sí le gusta Harry Potter, pero a muchos les da igual y no juegan por ser fan de los libros o de las películas. Simplemente quieren pasárselo bien. Es una mezcla de balonmano, rugby, juego de matar y el pañuelo", apunta el capitán de los Barcelona Eagles.
"Quieras o no hay una influencia de la saga, pero para crecer es necesario desvincularse y quitar el estigma de que esto es solo para fans de Harry Potter. Somos un deporte propio. Tenemos federación, competiciones internacionales y no está Warners por detrás ayudando", culmina el capitán del equipo catalán.
Precisamente, Barcelona se ha convertido en el epicentro del mundo mágico de J.K Rowling en España con la exposición más grande de la saga. "Es un movimiento muy vivo. También tenemos las galerías Maldà. Hay mucho fan".
Esta pasión por el quádbol arrasa en Estados Unidos. "Es como la NBA. Tienen hasta divisiones con equipos universitarios". Aunque en otros lugares como Alemania y Reino Unido también destacan por su nivel. Incluso en el continente asiático.
"El último Mundial era en Estados Unidos, pero nuestra selección no pudo ir porque cada uno se pagaba lo suyo y no teníamos dinero. Sí hicimos una Copa de las Naciones en Salou, donde jugamos contra Japón y Vietnam", admite Jordi sobre un deporte que le ha hecho vivir momentos inolvidables.
"Recuerdo estar en un vuelo de camino a Irlanda. Iba con el uniforme del equipo. Una persona que era fan de Harry Potter nos reconoció al vernos. Me sentí como si fuera un jugador de fútbol". El quádbol le ha hecho formar parte de una comunidad única, en la que no es necesaria ni una escoba y pelotas voladoras para poder disfrutar de magia del Quidditch. Tan solo las ganas de divertirse y competir en equipo.
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