La actriz Alba Flores se ha unido a la expedición de Greenpeace a bordo del Arctic Sunrise en la Reserva Marina de Galápagos para ser testigo directo de la excepcional belleza y las amenazas de la zona. La actriz ha pedido a los Gobiernos de todo el mundo que aceleren el proceso de ratificación del Tratado Global de los Océanos. Un año después de su aprobación, sólo Chile y Palau lo han ratificado. Para que entre en vigor, al menos 60 Gobiernos deben firmarlo e incluirlo en su legislación nacional. Ningún Gobierno europeo lo ha ratificado aún, aunque Francia y Bélgica ya han anunciado que lo harán este mes de marzo. España sigue sin ratificarlo.
Junto a un equipo de científicos, Flores ha observado de primera mano la abundancia y diversidad de especies tanto en la superficie como en los montes submarinos dentro y fuera de la Reserva Marina de Galápagos, que es uno de los mejores ejemplos de protección de los océanos en acción. Sin embargo, más allá de la reserva, enormes flotas pesqueras industriales continúan devastando la vida marina, lo que tiene impactos negativos directos en el interior.
Alba Flores, conocida en todo el mundo por interpretar a Nairobi en la exitosa serie de Netflix “La Casa de Papel”, ha declarado: “La aprobación del Tratado Global de los Océanos en Naciones Unidas el año pasado fue un momento histórico que nos llenó de esperanza para el futuro. En Galápagos he sido testigo de la poderosa belleza de la naturaleza, pero sé que cerca hay amenazas para la salud del archipiélago, especialmente en las zonas de alta mar fuera de la Reserva Marina de Galápagos”.
“Antes de que se aprobara el Tratado sobre los Océanos, era imposible proteger esta zona de alta mar. Pero ahora los Gobiernos tienen la oportunidad de utilizar el Tratado para impulsar la protección de las Galápagos y ofrecer un poderoso ejemplo al resto del mundo sobre cómo proteger las aguas de alta mar. Sólo necesitamos voluntad política para que esto suceda. Espero que mi presencia a bordo impulse a más personas a movilizarse y a apoyar la ratificación del tratado por parte de sus propios Gobiernos. Yo sólo soy una voz entre muchas otras voces; las personas tenemos el poder con nuestra voz y con otras herramientas para proteger los océanos”, ha concluido.
Laura Meller, de la campaña Proteger los Océanos de Greenpeace, ha afirmado: “Una nueva área protegida en alta mar, que complemente la Reserva Marina de Galápagos, beneficiaría a la vida silvestre y a los pescadores locales de los países vecinos. Esta nueva área protegida podría cerrarse a las flotas industriales internacionales, lo que potenciaría las poblaciones de peces y aumentaría las capturas de los pescadores que operan cerca en las aguas de los países vecinos. El Tratado Global de los Océanos nos brindará una herramienta para lograr esta protección, si es ratificado urgentemente por al menos 60 países”.
España todavía no ha ratificado el tratado, que es el acuerdo ambiental multilateral más importante desde el Acuerdo Climático de París de 2015. “Tras varias décadas de lucha por la aprobación del Tratado Global de los Océanos, es hora de que España siga mostrando su apoyo en la conservación marina y se convierta en un referente europeo con la ratificación inminente del tratado. Necesitamos unos océanos sanos y resilientes para que puedan hacer frente a la crisis climática y de pérdida de biodiversidad en la que nos encontramos”, ha afirmado Marta Martín-Borregón, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace España.
Las aguas de alta mar albergan millones de especies y ecosistemas, pero menos del 1% están completamente protegidas. La presión a la que se enfrentan es cada vez mayor debido a amenazas como la pesca industrial, la contaminación y una industria emergente, la minería submarina. Greenpeace destaca que para proteger el 30% de los océanos de aquí a 2030 es necesario proteger más de 11 millones de kilómetros cuadrados de océano cada año.