Taylor Swift vende su avión privado por una millonada y demanda al joven que calculó cuánto contamina

A pocos días de que se celebre la gran final de la Super Bowl, en la que los Chiefs y los San Francisco 49ers se verán de nuevo las caras, Taylor Swift se ha convertido en el centro de la polémica. La presencia de la estrella norteamericana en el Allegiant Stadium de Las Vegas se ha vuelto tan necesaria - ella es el nuevo talismán de los jugadores de Kansas - que todo el mundo está pendiente si llegará a tiempo desde Tokio en su avión privado. Antes de que el equipo de su novio, el ala cerrada Travis Kelce, pasará a la final de la NFL, ella ya tenía agendados cuatro conciertos en la ciudad japonesa, que se encuentra llevando a cabo.

Hasta la embajada de Tokio ha tenido que asegurar que, si la cantante termina puntualmente su último show y coge de forma inmediata su jet, tendrá tiempo de hacer el vuelo de 12 horas que la llevará de nuevo a los Estados Unidos. Sin embargo, esto, en vez de tomarse como una buena noticia, ha puesto en alerta a los ecologistas, por el daño al medio ambiente que hará Swift con este importante desvío en lo que iba a ser su trayecto a Tokio y, posteriormente, a Australia, a donde tendrá que volar desde Las Vegas.

Aprovechando el foco mediático sobre estos vuelos, el joven universitario Jack Sweeney, ha publicado en su cuenta de X todos los detalles de los trayectos que realiza la cantante con su Falcon, utilizando como referencia los datos públicos de la Administración Federal de Aviación (FFA), las señales de transmisión del jet y calculando sus niveles altos de contaminación.

Lo ha vendido por 7 millones de dólares: podría haber sacado 40

Sus conclusiones revelaron que Swift es, probablemente, una de las famosas que más polución emite, llegando hasta las 138 toneladas de CO2 durante un período de tres meses. La cifra equivale, de media, a lo que contamina un ciudadano español en su vida rutinaria durante 25 años y, por ello, ha generado un tremendo hate en las redes sociales. Debido al revuelo que se ha montado, en un momento tan decisivo como los días previos a la gran fiesta de la NFL, la cantante ha tomado dos firmes decisiones.

Primero, la de vender el Dassault Falcon 900 que ha sido monitorizado por un valor de 7 millones de dólares, cuando podría haber sacado por él hasta 40 millones. Y, segundo, la de emprender acciones legales contra Sweeney por "acechar, acosar y ejercer dominio y control" sobre Taylor Swift, tal y como ha trasladado su equipo en un comunicado.