Muere Françoise Bornet, protagonista del famoso e icónico beso fotografiado por Robert Doisneau

  • Ha muerto a los 93 años tras sufrir un accidente doméstico en la ciudad francesa de Évreux

  • Françoise Bornet fue protagonista, junto con Jacques Corteaux, entonces su pareja, del famoso 'beso del Ayuntamiento' de Robert Doisneau

  • ¿Por qué en España saludamos con dos besos?

Françoise Bornet, protagonista de uno de los besos más famosos de la historia de la fotografía, ha muerto a los 93 años de edad tras sufrir un accidente doméstico en la ciudad francesa de Évreux.

Fue el pasado 25 de diciembre, día de Navidad, cuando se produjo el fallecimiento, tal como recogen ahora medios locales como Le Parisien, desde donde recuerdan cómo su imagen en el bautizado como ‘Le baiser de l’ Hôtel de Ville’ ('El beso del Ayuntamiento' o 'Beso frente al Hótel de Ville'), pasó a la posteridad tras la instantánea que le realizó el fotógrafo francés Robert Doisneau mientras besaba a quien entonces era su pareja, Jacques Corteaux.

La imagen fue captada cuando ella tan solo tenía 20 años, en la primavera de 1950, en un momento en que Bornet se fundía en un beso apasionado con el también estudiante de arte dramático junto al Ayuntamiento de París; una fotografía que, si bien en un primer momento pasaría bastante desapercibida, tiempo después adquiriría una enorme fama hasta convertirse en la imagen de uno de los besos más famosos del mundo, formando parte de la historia junto a otros muy icónicos como el del marinero Glenn Edward McDuffie y la enfermera Edith Shain en pleno Times Square, en Nueva York, convertido desde aquel 14 de agosto de 1945 en símbolo del triunfo del amor frente a la guerra.

‘Le baiser de l’ Hôtel de Ville’, historia de la fotografía

En el caso de ‘Le baiser de l’ Hôtel de Ville’, Robert Doisneau respondía al encargo de un reportaje de la revista ‘Life’ sobre los enamorados de París y, aunque no lo sabría en ese momento, su fotografía acabaría por convertirse en un rotundo éxito. La pareja, no obstante, acabaría separándose tiempo después.

Tras dar la vuelta al mundo, y con la explosión del marketing, la imagen comenzó a utilizarse en multitud de postales, revistas, pósteres, tazas y otros productos.

Su impacto, de hecho, tuvo su eco también en los tribunales, con Bornet reclamando dinero por la explotación comercial de su imagen, aunque le fue negada la comisión que demandaba con el pretexto de que su rostro no se reconocía con claridad.

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