Oficialmente, Aitana Ocaña ha dejado de ser una niña naif. Su disco, Alpha, no sólo supuso un giro en su carrera hacia la música electrónica, también un puente a la madurez, la rebeldía y una explosión de personalidad, le pese a quien le pese. Tal y como demostró en la alfombra roja de los 40 Music Awards, que se celebraron el pasado 3 de noviembre en Santander, la cantante se ha convertido en una mujer empoderada, cañera y lista para despegar.
Nadie esperaba que fuera a aparecer en la mítica entrega de premios con un lookazo que cortaba la respiración. Por todo: por lo atrevido del escote, por el collar de pinchos con aires de moda punk y por el nuevo color de su pelo, que ha sido, sin duda, lo más comentado en TikTok. Aitana ha dejado atrás su melena negra y le ha dado un toque de color caoba a su corte estilo bob. Y los más avispados creen que se ha teñido el cabello con una clara intención.
Hace tiempo que la catalana no se deja ver con su novio, Sebastián Yatra. Cierto es que ésta es una pareja que nunca ha posado oficialmente para la prensa pero, tanto en sus redes sociales como a golpe de paparazzi, siempre se han dejado ver en los mismos lugares, las mismas fiestas. Sin embargo, desde el arranque de la gira Alpha de Aitana en Valencia, que fue foco de una gran polémica por los nuevos y sensuales bailes de la artista sobre el escenario, el colombiano ha desaparecido de los principales eventos de su vida.
Lo más raro fue la nula celebración del cumpleaños de Sebastián con la que se supone que es el amor de su vida. El cantante prefirió celebrar sus "29 vueltas al sol" en Uruguay, donde salió de fiesta con unos amigos. Y, ahora que Aitana ha aparecido con un explosivo cambio de look y que celebró sus dos galardones en soltería, en las redes han saltado todas las alarmas. ¿Se ha tenido el pelo de rojo, al igual que hicieron Karol G, Shakira y Rosalía tras sus rupturas con Anuel, Piqué y Rauw Alejandro? ¿Es un guiño a una separación que explicaría la distancia de sus vidas? Todo puede ocurrir en un año en el que las rupturas más impensables están a la orden del día.