En verano de 2021, Zahara se vio envuelta en un debate sobre censura y libertad de expresión por el cartel de un concierto suyo en Toledo. La artista, dos años después, plasma a su manera lo vivido en una canción como “Esto no es una canción política” y una especie de “documental” dividido en tres capítulos, donde reflexiona sobre todo lo ocurrido en los días posteriores a la polémica. Su elogiado disco “Puta” aupó a una artista inmensa, que siempre habla claro y que ha demostrado retarse en lo profesional con cada cosa nueva que hace, como su versión más electrónica con “La Puta Rave”. También opina sobre la polémica que ha rodeado a Aitana, criticada por sus bailes y contenidos más sensuales en unos conciertos a los que acuden menores.
Hemos hablado con ella para conocer mejor a la persona que es hoy en día, adentrándonos también en asuntos como la tiranía impuesta por la industria musical, la conciliación o la visión masculina y machista que sigue imperando hoy en día.
Pues mira, ojalá no hubiera escrito esta canción, porque no tenía ninguna intención de seguir profundizando en mis vivencias tan dolorosas, pero cuando hace dos años ocurrió el incidente con la censura de la imagen para mí fue algo bastante grande, iba más allá del verme tan expuesta, sentirme una pelota que se pasaban los medios mientras que la gente me apoyaba y defendía. En ese momento no llegué a procesarlo, vuelve entonces a terapia y con la calma lo supero, pero un día me vino un ramalazo y una furia por dentro que escribí el texto e imaginé cómo quería que fuera la canción con una base electrónica, dándome cuenta de que era una canción que tenía que hacer para la rave y vivirla ahí. Como con todo lo que tiene que ver con “Puta”, ha sido un acto realmente visceral.
Creo que del año pasado a este ha habido un salto del equipo y también cualitativo por mi parte, de crecer estructural y visualmente. Cuando fusioné la Rave con “Puta”, todo tenía un carácter quizás algo festivo, pero esta rave nueva tiene un sentido muy serio, te lo pasas bien, pero es algo muy dark, un repertorio muy cañero y afilado, y visualmente también hemos apostado por pocos colores y gran crudeza sonora. Hemos descubierto que mucha gente llegaba sin saber qué iba a ver y lo que nos ha llegado después es de un público impresionado con el concepto.
Me cuesta mucho proyectarme, lo hago de forma amable con todo lo que he venido haciendo y veo que mi tendencia es al autoconocimiento, a seguir expresándome, cada vez hago más música y creo todo lo aprendido me lleva a un lugar de mucha música y tranquilidad. También me gustaría decirle a la Zahara de 2024 que se programe las vacaciones para que no suceda lo de los dos últimos años con una gira y un calendario frenético sin descanso.
Poniendo mucho dinero en eso y con ayuda familiar. Hay que organizarse y tener ayuda, ya sea profesional o de tu entorno, porque para lo primero es necesario una estructura económica que pueda permitírtelo. Por eso las madres nos quejamos de la falta de ayudas estatales para poder conciliar, porque se nos presiona para ser madres, también para incorporarnos pronto al trabajo, y luego hay una realidad en la que las mujeres son las que cogen más bajas de maternidad o reducen su jornada, pero claro, al final no hay otra opción.
Desde que decidí ser madre entendí que, al no tener aquí a mi familia, todo pasaba por ahorrar y entender mi hijo como un proyecto en el que invertir de esa manera, no ya los gastos derivados que vienen de manera natural, también los gastos que iba a tener para poder conciliar con mi trabajo. En mi caso tengo un excompañero, pero padre corresponsable al que no ha habido que reivindicar nada y se ha dado. Cuando tengo a mi hijo intento organizar muy bien el tiempo, trabajar hasta que termina el turno de la niñera, y desde ese momento hasta que lo acuesto ser únicamente madre, eliminando el móvil o cualquier otra cosa, y la semana que no lo tengo hacer jornadas de 16 horas, no hay otra forma si quieres hacerlo todo, aunque yo misma entro en esa vorágine que también crítico de no parar. Conciliar sin duda requiere de una gran organización y de renunciar a muchísimas cosas.
Nosotras en el sello analizamos mucho la tendencia de lo que está pasando, ya no como artista también como empresaria. Venimos de un momento en el que la tendencia, que la marcan las grandes discográficas de algún modo, es la de ver qué canción se hace viral para los ingresos por streaming, y eso marca la pauta. Desde ahí creo que se está olvidando un poco hacer las cosas con calma y el concepto de álbum. Yo estoy a favor de los cambios, observar y no criticar desde lo que a mí me ha funcionado, ver un poco todo, pero tengo la sensación de que la industria va a un ritmo tan frenético que es muy difícil digerir todo lo que se hace.
Como artistas hemos entrado en una dinámica de sobreproducción, y no hay un público real que pueda consumir ni tampoco disfrutar de la música que se hace. El problema es cómo funciona el streaming hoy en día en el que es todo muy impactante pero también efímero, las canciones ahora viven una semana y si me apuras los discos también. Creo que a todo esto le queda aún un punto de aceleración pero que va a terminar descarrilando, porque no me parece lógico el ritmo al que pasan las cosas ni que el sistema tenga la capacidad de absorber la cantidad de canciones que se publican diariamente.
A mí también me lo parece. Mi culo o el de cualquiera, o unos pechos o incluso unos movimientos. Lo que de verdad me da rabia es que cuando una mujer se reivindica y se expresa con su cuerpo se vea siempre como algo negativo o un escándalo, y es porque se hace desde la visión hegemónicamente masculina, decir “es que se mueve así para seducirme”. La respuesta es “no cariño, te hemos pasado ya. No estoy enseñando mi culo para provocarte como hombre, estoy bailando así porque me apetece y me siento feliz haciéndolo de esa manera, enseño mi culo porque quiero, porque me siento divertida, porque he creado un espacio de seguridad en el que bailo con esa ropa en una rave en la que nadie me toca, nadie me mira ni se ofende, y si te ofende revísate tú que es lo que te está molestando de todo esto, porque claramente yo no estoy bailando para ti. Si crees que es para provocarte en ti lo que sea te has equivocado de concierto”. Me da mucha rabia porque esa crítica de la sexualización en el escenario siempre viene desde la visión masculina y machista de lo que supone ese movimiento, porque parece que una mujer solo se puede mover así si quiere seducir a un hombre. Basta ya de esto.
El otro día estaba en una conversación en la que un grupo de hombres hablaban de Madonna y su cara, conocía a esas personas y podría haber dado un paso al frente sobre lo que decían, criticando la cara de Madonna porque ya no se la reconoce, todo desde un punto de vista de un grupo de tíos que se han dejado las canas y nadie les ha dicho nada, que se han dejado unas barrigas cerveceras y que nadie les ha juzgado por eso, que no han tenido la presión mundial por no envejecer ni tienen ni puta idea de qué es eso pero critican a una mujer que ha hecho siempre lo que le ha salido de su mismísimo interior, y si se está operando o no operando a ti qué más te da, deja de juzgar a Madonna. En ese momento tuve que hacer un ejercicio de contención porque no tenía ganas de educar a unos pavos de cincuenta años sobre no tener que juzgar la cara de Madonna, si leen esta entrevista iba por ellos. Me molesta mucho todo esto, basta de hablar del cuerpo de las mujeres y de lo que hacen con su vida.
Si el contenido de ese concierto no es óptimo para tu hijo, no lo lleves. Creo que ella tiene todo el derecho a evolucionar hacia donde quiera y a mostrar el sexo en su show. Me resulta curioso que nos escandalicemos cuando las mujeres se sexualizan porque no sé qué tiene de negativo, lo negativo es el abuso que se hace del sexo, pero ¿qué hay de malo en que una mujer exprese su sexualidad? Ojalá me hubieran enseñado a mí a reivindicarla. Ella tiene todo el derecho a explorar ese lugar y a desarrollarlo, y como padre tienes que informarte a dónde llevas a tu hijo o hija, y siempre puedes irte. Yo a veces he visto películas con mi hijo en las que igual hay una violencia controlada con unos superhéroes, pero en un momento dado sale algo que considero no debe verlo, lo paro en el momento y le explico la razón, y no pasa nada.
Cada día, es mi mayor pánico. Es un pensamiento que tengo en el cerebro que me atormenta a unos niveles que no imaginas. En realidad, viene de un mismo sitio, de la inseguridad, de ver un patrón y de no ser ellos mismos. El niño que hace bullying no tiene que ser un niño malvado, puede estar expresando algo que está viviendo en otro contexto, que está encontrando su personalidad y puede estar sufriendo desde otro lado pagándolo de esa forma. Yo observo mucho a mi hijo y sus relaciones, e intento darle todas las herramientas posibles de que si él es el que lo sufre lo sepa expresar, que no se lo guarde y que en mí y en su padre tiene un lugar en el que le vamos a escuchar, querer y ayudar. Es un terror que tengo, la verdad.
Pues mira, pasaban muchas cosas. Por un lado, mi estado o sensación continua era negativa y muy pesimista, también lo digo en el documental, como que esto no le va a interesar a nadie e incluso el día del lanzamiento en una cena de equipo seguía en este estado de que no iba a pasar nada, y ese fue el estado general, aunque a la par tenía pequeños momentos de emoción de confiar en que había hecho algo con mucho potencial con el que poder conectar.
“Merichane” es una canción con la que una mujer puede conectar seguro con cuatro o cinco frases, no una cosa en la que vaya a conectar por compasión y sí porque ha vivido eso, y puede que pase algo, pero al llegar un pensamiento bueno venía todo lo malo. El día del estreno fue una llorera con toda la gente y todo lo que sucedió después. Me tiré dos días en la cama contestando mensajes porque no podía moverme del impacto emocional, recibiendo conversaciones de mujeres de todo tipo y sus problemas, fue una terapia en grupo, algo que no había hecho nunca, porque yo la he hecho individual, y fue brutal e increíble escuchar a otras mujeres. Con eso vi que podía pasar algo, y cuando empezó a ocurrir fue increíble. En mi caso está la Zahara artista y la Zahara empresaria, y lo que quieres es que las cosas vayan bien.